La Ciudad de México es la principal receptora del desplazamiento forzado interno al que se orilla a los periodistas en riesgo, quienes deben cambiar su residencia de un momento a otro para preservar su integridad, informó la presidenta de la Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos, Nashieli Ramírez Hernández.
En la firma de una carta de colaboración con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, destacó que 54 por ciento de los organismos de derechos humanos del país observan un incremento en las agresiones a los periodistas.
La agresión más común son las amenazas, a las que se suma el robo de equipo de cómputo y el allanamiento de oficinas y domicilios, aunque se enfrentan a casos de intimidación, hostigamiento y vigilancia, incluso por vía digital.
Al continuar con su labor, aún en condiciones de riesgo, genera que las fiscalías se releven de su obligación de protección y exista una doble victimización, afirmó la también presidenta de la Comisión de Derechos Humanos local.
Destacó que 94 por ciento de los organismos atienden esas amenazas con la apertura de expedientes de queja, emisión de medidas cautelares y el contacto inmediato con instituciones estatales o con los mecanismos locales o federal de protección.
Los estados de Veracruz, Oaxaca, de México, Guerrero, Sonora y Michoacán “lideran en ataques fatales a periodistas”; tan sólo en la década reciente la Comisión Nacional de Derechos Humanos tramitó 556 quejas relacionadas con periodistas y emitió 132 medidas cautelares.
De acuerdo con un diagnóstico de la Organización de las Naciones Unidas, el Mecanismo de Protección Federal se volverá ineficaz e insostenible de mantenerse la actual tendencia creciente y llegar a 2024 con 3 mil 400 beneficiarios, lo que presupuestariamente será imposible de cubrir, dijo.
Tan sólo en la presente administración se han erogado mil 200 millones de pesos, al estar mil 566 personas en el mecanismo, de las cuales 521 son periodistas y mil 45 personas defensoras de derechos humanos.
