Ciudad de México. Por su trayectoria y calidad artística, el bailarín, coreógrafo y maestro Bernardo Benítez recibió este martes el 35 Premio Nacional de Danza Contemporánea José Limón 2022, en una ceremonia transmitida desde el Teatro Pablo de Villavicencio de Culiacán.
Bernardo Benítez (Michoacán, 1943) soñaba con ser director de teatro, pero el destino tenía otros planes para él. A la edad de 26 años incursionó en el mundo de la danza moderna gracias a Raúl Flores Canelo y Gladiola Orozco, quienes lo invitaron al Ballet Independiente, agrupación que lo marcaría para siempre.
El jurado –integrado por Lourdes Lecona, Rosa Romero y Víctor Ruiz– otorgó por unanimidad el premio al artista michoacano por ser un pilar fundamental de la danza nacional.
Los integrantes del jurado destacaron la labor pedagógica ininterrumpida a lo largo de varias décadas de Benítez, así como el desarrollo de una metodología con estilo propio para la formación técnica de diversas generaciones de bailarines y la creación de un vasto repertorio de obras coreográficas emblemáticas.
En entrevista con La Jornada antes de que iniciara la ceremonia, Bernardo Benítez recordó sus inicios en el arte dancístico, su paso por el Ballet Independiente y lo que ha significado la danza en su vida.
“Nunca me imaginé que me dedicaría a la danza. La conocí por mis inquietudes en el teatro, que me exigían preparación para la comedia musical, y como no tuve conocimientos en la danza me rechazaron en el teatro, así que busqué a alguien que conociera esa disciplina y me encontré con el maestro Raúl Flores Canelo y a Gladiola Orozco, quienes me aceptaron en las clases del Ballet Independiente”, compartió el creador de 120 obras y cuyo debut fue en 1977 en el Palacio de Bellas Artes con la pieza Cuarteto.
El teatro fue la primera disciplina que atrapó a Benítez. Estudió en el Centro Universitario de Teatro y tenía el sueño de convertirse en director escénico, pero descubrió la coreografía en la danza y sus intereses cambiaron. “Encontré que la coreografía era similar al teatro, sólo que con movimiento, tenía otra manera de expresarse con el cuerpo”.
Teatro en movimiento
De la época con el Ballet Independiente, Benítez recordó piezas emblemáticas como La espera y destacó el estilo coreográfico de Flores Canelo.
“En el Ballet Independiente estaban ensayando la obra Desiertos, de Anna Sokolow, y cuando se montó esa obra decidí que quería aprender eso, porque era como el teatro en movimiento, pensé que tarde o temprano llegaría a bailar esa coreografía”, comentó el maestro a La Jornada.
Su formación como coreógrafo ha sido empírica con una apuesta por la experimentación, explorando nuevos lenguajes y formas. Algunas de sus piezas más conocidas son Mí y yo (1979), Kinéticas (1981), Instantes (1983) y Concierto en azul (1985).
“Crear una obra se había convertido en una curiosidad y fue un reto seguir aprendiendo de mis coreografías, porque nunca tomé un curso de coreografía, todo lo aprendí de ver a las compañías extranjeras que venían a México y eso me motivaba para tener mis propias búsquedas coreográficas.
“Me dediqué también a dominar un poco más las disciplinas de la técnica para adquirir mayor experiencia y acceder a los trabajos de Sokolow, de Flores Canelo y otros coreógrafos importantes que se sumaron al Ballet Independiente. Me inspiró mucho la manera de expresarme corporalmente”.
El maestro Bernardo Benítez expresó que la danza le ha dejado muchas satisfacciones, ya que le permitió colaborar con grandes compañías, como el Ballet Independiente, el Ballet Teatro del Espacio y después crear sus propios grupos, como el Ballet Danza Estudio y Gato Danza Contemporánea, lo que le ayudó a continuar en esa búsqueda de la expresión corporal.
Al reflexionar sobre la danza en el país, el maestro consideró que existen muchos grupos de danza y buenos bailarines, y eso lo ha llevado a relacionarse con los nuevas generaciones.
“Me siento muy agradecido y motivado con este premio. Agradezco al Colegio de Coreógrafos, a la Coordinación Nacional de Danza. Es una responsabilidad ser galardonado con este reconocimiento y estoy muy contento”, añadió Benítez.
El reconocimiento es otorgado por la Secretaría de Cultura del gobierno federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura a través de la Coordinación Nacional de Danza, en colaboración con el Gobierno del estado de Sinaloa mediante el Instituto Sinaloense de Cultura, se realizó en el contexto del Festival Internacional de Danza José Limón.