La Habana. Cuba, Venezuela y Nicaragua, países a los que Estados Unidos no ha invitado a la próxima Cumbre de las Américas, se reunirán el viernes en La Habana al más alto nivel, en el contexto de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), informó ayer la cancillería cubana.
“El 27 de mayo se realizará en La Habana la 21 Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno”, de la ALBA, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores en un breve comunicado.
Durante el cónclave, los mandatarios de los países que integran la Alianza Bolivariana abordarán “estrategias de desarrollo comunes y analizarán la situación política regional”.
Nacida en 2004 como respuesta al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que impulsó Washington, la ALBA promueve una integración regional sin Estados Unidos.
Actualmente está integrada por Venezuela, país que promovió el bloque en la presidencia del fallecido Hugo Chávez, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, y Granada.
Desde Caracas, el canciller venezolano, Carlos Faria, tuiteó que se reunió con el secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana, Sacha Llorenti, “para revisar la agenda de trabajo conjunta, con la intención de seguir avanzando por una ruta fortalecida que contribuya a consolidar la soberanía y autonomía de los pueblos de América Latina y el Caribe”.
De su lado, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, reiteró su condena “al bloqueo impuesto por Estados Unidos, con daños cuantificables en sus seis décadas de aplicación en más de un billón 326 mil 432 millones de dólares”.
Subrayó que “el cerco económico, comercial y financiero tiene un impacto real y devastador en las familias cubanas” y repudió que “la política hostil de Washington se haya recrudecido de manera oportunista durante la pandemia de covid-19”. En ese contexto “Cuba resiste y avanza con creatividad y unidad”, subrayó el jefe de la diplomacia cubana.
Según autoridades, la imposición del bloqueo constituye una herramienta esencial de la política de Estados Unidos contra la isla, a fin de destruir a la revolución.La firma del entonces presidente John F. Kennedy sobre la Orden Ejecutiva 3447 formalizó, el 3 de febrero de 1962, el cerco de Washington contra La Habana, persistente hasta la actualidad y considerado el principal obstáculo para el desarrollo de la nación caribeña.
Esa medida coercitiva, la más prolongada en la historia contra país alguno, fue reforzada durante el mandato de Donald Trump (2017-2021) con 243 disposiciones vigentes aún con su sucesor demócrata, Joe Biden.
(Con información de Arturo Sánchez Jiménez)