Pekín. La caída de la demanda de aceite de soya en China reducirá el uso de la oleaginosa en el mayor consumidor del mundo, ya que los confinamientos para evitar la propagación del COVID han hecho que se cierren restaurantes y comedores, según operadores y analistas.
China es el mayor consumidor mundial de aceites comestibles, con millones de restaurantes que utilizan cerca de la mitad de los aproximadamente 17 millones de toneladas de aceite de soya que se consumen cada año para freír alimentos.
Pero un confinamiento de dos meses en Shanghái, la ciudad más grande y rica de China, y las restricciones de movimiento para frenar la propagación del COVID-19 en varias otras ciudades importantes han reducido el consumo, lo que se trasladará a la demanda de soya.
La demanda de todos los aceites comestibles en el año comercial 2021/22, que comenzó en septiembre, caerá 8.45 por ciento respecto a la de hace un año, a 39.02 millones de toneladas, el primer descenso de este siglo, según el Centro Nacional de Información sobre Cereales y Aceites, un centro de estudios gubernamental.
Consumo de aceite de soya repuntaría hasta la temporada 2022/23
El consumo de aceite de soya cayó 11 por ciento en marzo y 15 por ciento en abril respecto a los mismos periodos de 2019, antes de la pandemia de COVID, según estimaciones de Mysteel, una consultora de materias primas con sede en China. El uso global de aceite de soya será de 16.74 millones de toneladas en 2022, un descenso de unas 500 mil toneladas respecto a 2019.
Para la temporada 2021/22, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estima que China consumirá 17.4 millones de toneladas de aceite de soya, por debajo de los 17.6 millones de toneladas del periodo 2020/21. El USDA prevé que el consumo repunte en 2022/23 hasta alcanzar un récord de 18.05 millones de toneladas.
Se espera que la caída de la demanda de aceite de soya afecte a las importaciones totales de oleaginosas de China. Según dos operadores de empresas comerciales internacionales con sede en China, el país sólo ha cubierto alrededor de 30 por ciento de su demanda mensual de importación de soya para julio y 20 por ciento para agosto.
Doble problema
La débil demanda de aceite comestible se produce en momentos en que las trituradoras de soya ya se enfrentan a una escasa demanda de harina de soya, el ingrediente rico en proteínas para la alimentación animal que también se produce durante el proceso de trituración.
Según la Asociación de la Industria de Piensos de China, la producción de piensos industriales en abril cayó casi 11 por ciento respecto al año anterior, hasta los 22.49 millones de toneladas, con un descenso de 15.2 por ciento en el caso de los piensos para cerdos, debido al encarecimiento de las materias primas y a los escasos márgenes de la producción porcina.
“Las plantas de trituración han empezado a vender contratos de aceite de soya para los meses futuros, pero la venta sigue siendo lenta para la entrega de julio a septiembre”, dijo Jian Jianhui, analista de Mysteel.