Chilpancingo, Gro., Justino Tapia Rosendo, alumno de la Unidad Académica de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Guerrero, fue asesinado en Hueycantenango, cabecera municipal de José Joaquín de Herrera, en la región de la Montaña Baja.
El estudiante universitario de 19 años de edad era hijo de Margarito Tapia, comandante de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Pueblos Fundadores (CRAC-PF) de la localidad de Ayahualtempa, en José Joaquín de Herrera.
Justino acudió a Hueycantenango el sábado anterior para trabajar, como lo hacía cada fin de semana, como chofer de mototaxi, empleo que alternaba con los estudios de ingeniería civil que cursaba en Chilpancingo.
El pasado 21 de mayo, alrededor de las 14 horas, fue privado de la libertad por sujetos armados cuando prestaba un servicio.
El mismo domingo se notificó el hallazgo de una persona muerta cerca del poblado San Marcos, en las inmediaciones de la comunidad de Ayahualtempa, y se comprobó que se trataba de Justino Tapia. A continuación, personal del Servicio Médico Forense trasladó el cuerpo a Chilpancingo.
Según la CRAC-PF, el grupo criminal Los Ardillos ha sido responsable en los últimos dos años de las muertes de al menos siete personas de Ayahualtempa, mientras otras tres se encuentran desaparecidas.
La desaparición más reciente ocurrió el 11 de diciembre anterior, cuando el joven José Juan Reyes fue secuestrado en Hueycantenango.
De 2020 a la fecha la policía comunitaria de Ayahualtempa ha pedido a los gobiernos estatal y federal que se instalen en ese pueblo dos filtros de seguridad a cargo del Ejército Mexicano, pero no ha habido respuesta.