Davos. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, aseguró ayer que se espera que el Mundial de futbol de 2022 en Qatar sea visto por 5 mil millones de personas en todo el mundo.
La audiencia televisiva del encuentro futbolístico de 2018 en Rusia batió el récord de 3 mil 500 millones de espectadores.
Por otro lado, el emir gobernante de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al-Thani, criticó que su país sea víctima de “discriminación”, ya que algunas personas “no pueden aceptar que una nación árabe y musulmana organice un torneo como la Copa del Mundo”.
En un discurso en el Foro Económico Mundial (WEF) de Davos, en Suiza, el dirigente afirmó que Qatar, al igual que otros estados, “no es perfecto”, pero ha impulsado reformas y desarrollo. Las reformas incluyen el aumento del salario mínimo y nuevas normas que, según las autoridades, están diseñadas para proteger a los trabajadores, entre otras cosas, del estrés térmico.
Desde la atribución del Mundial de 2022 a Qatar, en 2010 por par-te de la FIFA, este rico estado árabe del Golfo ha sido objeto de intensas críticas por parte de grupos de derechos humanos debido al trato que da a los trabajadores inmigrantes, que junto con otros extranjeros constituyen el grueso de la población del país.
Estrellas de futbol de alto nivel, como el seleccionador de Inglaterra Gareth Southgate, se han sumado a las expresiones de preocupación por los derechos humanos de algunos aficionados que viajen a Qatar, especialmente mujeres y aficionados LGBT+.
La homosexualidad es ilegal en Qatar. También preocupa la situación de las mujeres, que necesitan el permiso de un pariente masculino para casarse, trabajar en empleos públicos y viajar al extranjero.
Los organizadores del torneo insisten en que todo el mundo, independientemente de su orientación sexual o procedencia, es bienveni-do en Qatar, aunque también advierten a los aficionados que no deben hacer demostraciones de afecto en público.