Ciudad de México. Alimentos de mala calidad y raciones cada vez más austeras, dormitorios con colchones viejos y rotos, hacinamiento, infraestructura y mobiliario deteriorados; falta de equipo y escasez de agua, son algunos de los problemas que enfrentan diariamente alumnos y maestros de las 16 normales rurales por el raquítico presupuesto que se asigna a estas instituciones educativas.
Las comunidades de estos planteles creados hace 100 años padecen también falta o entrega a destiempo de apoyos o becas, que autoridades educativas se niegan a aumentar, por lo que frecuentemente se ven obligadas a manifestarse para ser escuchadas.
Acusaron que se han reducido las matrículas normalistas, y se privilegia a estudiantes que nada tienen que ver con el espíritu original de provenir de familias campesinas y/o de escasos recursos, por lo que los educandos “no cumplen con los apostolados de sembrar la tierra o mantenerse en pie de lucha”.
Alumnos de la Normal Rural Miguel Hidalgo, ubicada en la comunidad de Atequiza, municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, aseguraron que en ocasiones les envían carne o verduras echadas a perder.
Señalaron que muchas áreas del internado están deterioradas; los dormitorios tienen colchones rotos, viejos, sucios, así como colchonetas hospitalarias con los resortes expuestos.
Según normalistas de Atequiza, hay quienes tratan de ser los primeros en llegar al comedor para evitar que les toquen sillas y mesas a punto de quebrarse, que son la mayoría, y que más de una vez han propiciado accidentes.
Criticaron que al menos 70 por ciento de la matrícula estudiantil no cumple la regla básica y espíritu de provenir de alguna familia de escasos recursos, de preferencia de zonas rurales e hijo de campesinos. Esto, expusieron, repercute en que gran parte de los normalistas no acuden a manifestaciones.
La Normal Rural Justo Sierra Méndez de Hecelchakán, Campeche, cumplió el pasado 13 de abril 92 años de su fundación en medio de fuertes recortes a su presupuesto, infraestructura deteriorada, escasez de agua en los baños y raciones de comida cada vez más austeras por falta de recursos.
Aunque cientos de maestros egresados de este plantel laboraron en la alfabetización de todo el país, la casa de estudios se encuentra hoy en el abandono y en una tensa relación con las autoridades estatales.
La Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México ha emplazado al diálogo a funcionarios del sector educativo, así como a la gobernadora Layda Sansores, pero no ha habido respuesta.
La federación estudiantil mostró fotografías de las condiciones deplorables en que se encuentran los edificios de su normal, que padece filtraciones de agua en los techos.
Las ventanas carecen de los cristales, por lo que colocan telas cuando hace frío o es temporada de mosquitos. Los ventiladores de los techos no funcionan, por lo que la mayoría fueron desmantelados para evitar que lleguen a caer sobre los alumnos.
En los baños comunes casi no hay agua, tampoco cuentan con llaves ni regaderas. Los lavabos no funcionan. La cocina y la biblioteca requieren trabajos de rehabilitación.
Ocho de los 10 dormitorios alojan a los 117 estudiantes varones y en dos se encuentran hacinadas las 124 mujeres.
Rosa Isela García, directora de Educación Terminal de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala, reconoció que la Normal Rural Licenciado Benito Juárez, en el municipio de Panotla, Tlaxcala, enfrenta diversas problemáticas, principalmente, la financiera, pues “el recurso nunca es suficiente”.
“Me parece que en estas instituciones en la parte económica siempre hay carencias, sobre todo para mantenimiento de las instalaciones”, expuso.
En su opinión, la mayor problemática es de carácter político, derivado de la militancia de las alumnas en la federación de estudiantes socialistas, pues “tienen un tipo de organización política hacia el interior del plantel que a veces choca con la organización de naturaleza académica”.
María González, integrante del comité estudiantil Alma Oaxaqueña, de la Normal Rural Vanguardia de Tamazulápam del Progreso, dijo que estas casas de estudio resisten los embates de los gobiernos estatal y federal, con un “raquítico” presupuesto.
No obstante, resaltó la convicción de llevar la educación a los lugares más alejados, a los que nadie quiere ir más que los maestros egresados de estas escuelas surgidas hace 100 años.
En entrevista al término de un mitin en la ciudad de Oaxaca, explicó que en dicha institución de La Mixteca, donde se reiniciarán clases presenciales este lunes, la situación es difícil.
Puso como ejemplo que el Estado mexicano designa un gasto diario de comida para las estudiantes de 75 pesos, que se emplean para el desayuno, comida y cena, lo que hace que la alimentación no sea la óptima, lo que finalmente afecta su formación, aunque pese a ello las 460 alumnas continúan preparándose.
Juan Carlos Partida, Lorenzo Chim, Jorge A. Pérez y Víctor Hugo Varela/ La Jornada de Oriente.