Cuando mejor atacaban Diablos Rojos llegó la nube de la incertidumbre. Primero mucho viento, como si los Piratas rivales invocaran la tormenta. Después la lluvia tenue arreció y obligó a interrumpir el partido en la parte baja de la tercera entrada. Los escarlatas habían anotado cuatro carreras cuando tuvieron que dejar el campo, pues la pelota es enemiga del agua. Los trabajadores extendieron la lona para proteger el diamante y el sonido local amenizaba con el vals Sobre las olas, de Juventino Rosas. Volvieron y colocaron una más que significó el regreso a la victoria del México (12-15) ante Campeche (13-14) con pizarra 5-3 en el estadio Alfredo Harp Helú. Resultado que no salva la serie ante estos corsarios.
Otra vez, el inicio del montículo escarlata tuvo muchos problemas, en esta ocasión con Alemao Hernández. Lo recibieron con tres hits y dos carreras que ponían en duda su permanencia en el centro del diamante. Pero después de ese arranque defectuoso recuperó el pulso y apaciguó el juego para mantener el control y seis entradas en blanco. Salvo esa mancha, el resto fue un buen trabajo con siete completas, siete hits, dos anotaciones y tres ponches.
Y si el sábado tardaron hasta la novena entrada para reaccionar, esta vez los Pingos estallaron en el tercer rollo. Primero un sencillo de Ramón Flores impulsó la primera carrera del México. Y el Gigante de Mulegé, Japhet Amador, conectó un poderoso jonrón de tres anotaciones que estremeció no sólo el madero, sino también a los seguidores rojos que enloquecieron después de dos días aciagos.
Entonces llegó la lluvia y durante 45 minutos los equipos se recluyeron y los aficionados se replegaron para resguardarse. La paciencia es una cualidad necesaria en el juego de la pelota.
La reposición del partido, en la parte baja de la tercera entrada todavía añadió una carrera más para los Diablos. Jesús Sucre bateó una línea al jardín central para remolcar a Emmanuel Ávila.
Mantener la mar en calma fue responsabilidad primero del serpentinero dominicano Jumbo Díaz, que sacó los tres outs con un sólo hit, y del sinaloense Roberto Osuna, estrella indiscutible, pero a quien Luis Jiménez recetó un jonrón solitario, aunque mantuvo la victoria. Los Diablos perdieron la serie, pero al menos volvieron a ganar.