En el gremio arbitral, el tema de conversación entre los ex silbantes es el VAR y sus inconsistencias en los recientes partidos de la liguilla. Según Marco Antonio Rodríguez, tres veces mundialista, la herramienta ha creado una dependencia que inhibe “la convicción de acertar en el terreno de juego” y no entrenar la “visión asertiva”. Cita de ejemplo el desempeño de César Ramos en la semifinal de vuelta entre Tigres y Atlas.
“Es una percepción equivocada decir que sus decisiones favorecieron a Tigres, pero debe mejorar en ese punto, porque le arbitran los partidos desde el VAR”. Después de acudir al sistema de videoarbitraje, Ramos señaló dos penales, retrasó el juego más de 15 minutos y mantuvo su decisión en una supuesta falta sobre André-Pierre Gignac que significó el empate de los locales, sin permitir una segunda opinión de la jugada.
“El arbitraje en México está estancado”, sentencia Adalid Maganda, silbante afromexicano despedido por el presidente de la Comisión de Árbitros, Arturo Brizio, debido a problemas de indisciplina y a su bajo desempeño en la Liga Mx. “Los trabajos han sido lamentables. Marco Antonio Ortiz, por ejemplo, estuvo parado casi nueve jornadas y resulta que ahora es uno de los mejores. No sé cómo se toman las decisiones, pero el VAR llegó para impartir justicia y no está sucediendo”.
Las posturas críticas de ambos coinciden en la responsabilidad de Enrique Osses, designado por Brizio como director de instrucción de la Comisión ante la falta de capacitación que han mostrado los nazarenos. “Es una incongruencia poner a alguien que no utilizó el VAR cuando fue árbitro”, concluye Maganda. “Bueno, no le daban ni partidos cuando estaba activo y ahora lo ponen como responsable. Ahí está la falla. Por eso los árbitros han tenido un rol protagónico en esta liguilla”.