Nueva York. Cuando era niña, a la ícono de la poesía punk Patti Smith se le indicó que nunca aceptara algo de extraños, por lo que un día rechazó un botón de campaña que codiciaba y que todos los demás tenían.
Mientras caminaba abatida hacia la casa de su familia en Nueva Jersey, se prometió que pronto adquiriría sus propias medallas para agregarlas a su solapa.
El sábado, la leyenda del rock, de 75 años, cumplió esa promesa cuando el embajador de Francia en Estados Unidos, Philippe Etienne, le otorgó la Legión de Honor, la más alta orden al mérito de su país.
Smith obsequió a la audiencia con esa conmovedora anécdota después de la ceremonia de entrega de medallas en el centro de Brooklyn, donde una multitud se reunió en la Noche de las Ideas, maratón anual de filosofía y actuación organizado por la Villa Albertine de la Embajada de Francia en asociación con la Biblioteca Pública de la localidad.
“Es un honor”, señaló a Afp tras bambalinas, después de ofrecer una actuación enérgica junto a su hija Jesse en el piano y su antiguo colaborador y guitarrista Lenny Kaye.
“Para alguien que ha sido moldeado en gran medida por la cultura, la literatura, el arte y el cine franceses, es especialmente significativo”, agregó.
“Abracé a Francia toda mi vida, y recibir un abrazo como éste a cambio es algo maravilloso.”
Durante más de 50 años, Smith ha sido celebrada como artista de artistas, adorada por su música, composición de canciones, poesía y escritura profundamente introspectiva y cruda que en 2010 ganó el Premio Nacional del Libro de Estados Unidos por sus conmovedoras memorias Just Kids.
En el libro Smith recuerda su relación con Robert Mapplethorpe, el difunto fotógrafo con quien compartió amistad, romance y vínculo creativo.
“Es muy apropiado tener tal elogio aquí en Brooklyn: es sólo un par de paradas del Metro donde Mapplethorpe y yo vivíamos cuando teníamos 20 años. Por la noche, cuando Robert no podía dormir, me pedía que le leyera poesía francesa. Recuerdo esas noches claramente”, contó al público.
“También es oportuno que sea una biblioteca, porque al venir de un área muy rural del sur de Jersey, con muy poca cultura en los años 50 y mediados de los 60, dependía de la biblioteca para abrir y expandir mi mundo”, agregó.
Al estilo típico de Smith, honró a los artistas que la precedieron al cerrar su discurso de aceptación, que abrió con una interpretación de su canción de 1996 Wing.
“Al ver que no eres nada de lo que deseas convertirte. Al anhelar llegar a ser, comienzas a vivir”, dijo.
Luego de la ceremonia, Smith, vestida con su característico blazer negro sobre un chaleco negro, botas de combate y su cabello largo y gris que fluía mientras unas pequeñas trenzas enmarcaban su rostro, deleitó a los fanáticos con un espectáculo que incluyó su éxito People Have the Power, que escribió con su difunto esposo, Fred Sonic Smith.
La gente hace el cambio
En declaraciones a Afp, señaló que si bien “los artistas siempre pueden inspirar, a la gente, darle esperanza, al final no son ellos los que hacen el cambio, es la gente a través de la votación, la iniciativa, las marchas masivas”.
Citó la pandemia de covid-19 y el “dolor de la guerra”. Smith afirmó: “Vivimos en un mundo muy problemático. Hay olas de calor que no tienen precedente… hay una tremenda hambruna y pautas climáticas violentas que nunca habíamos visto”.
“La única forma en que se puede resolver es un esfuerzo global, y creo que eso es lo más importante que la gente tiene que abordar. Por pequeño que sea, cada gesto es importante”, sostuvo.
Smith planea lanzar en otoño su libro A Book of Days, colección visual inspirada en su amada cuenta de Instagram.
“Estoy escribiendo canciones, poemas, otro libro; siempre estoy ocupada, haciendo algo”, añadió.
Después de su actuación, Smith dijo que la medalla la inspiró a hacer “más y mejor trabajo”.
“Todavía siento un poco de esa adrenalina posterior a la actuación, sonrió, pero también la emoción y la felicidad de recibir tal honor. Que me elijan para ser una especie de miniembajadora del país es una gran alegría para mí”, expresó.
“Así que soy una niña feliz”, dijo.