Seúl. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, acordaron ayer realizar ejercicios militares conjuntos de alto calado, además de desplegar armas estadunidenses, en respuesta a la “amenaza” del gobierno de Corea del Norte, al que ofrecieron ayuda ante el brote de covid-19.

Tras una reunión en Seúl durante el primer viaje de Biden a Asia, ambos líderes afirmaron que, “en vista de la evolución de la amenaza que representa” Corea del Norte, acordaron “entablar conversaciones con miras a ampliar el alcance y la escala de los ejercicios y entrenamientos militares conjuntos en la península de Corea y sus alrededores”.

Aseguraron que la alianza de décadas debe no sólo hacer frente a las amenazas norcoreanas, sino mantener la región del Indo-Pacífico “libre y abierta”, así como proteger las cadenas mundiales de suministros de mercancías.

Los servicios de inteligencia surcoreanos advirtieron que su vecino del norte había completado sus preparativos para una prueba nuclear y esperaba el momento idóneo para llevarla a cabo. Washington no excluye una “provocación” de Pyongyang durante o justo después de la gira de Biden por Asia.

Yoon agregó que también hablaron sobre las diferentes formas de “coordinarse con Washington sobre el despliegue de efectivos estratégicos si fuera necesario”, y mencionó “aviones de combate y misiles”. Los dos líderes se reúnen en Seúl en el primer compromiso diplomático desde la toma de posesión del presidente sudcoreano hace 11 días.

El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, manifestó que Estados Unidos ha coordinado con Corea del Sur y Japón la manera como responderán si el líder norcoreano Kim Jong Un efectúa una prueba atómica o un ataque con misil durante o poco después de la gira de Biden.

En los anteriores gobiernos, el ex presidente estadunidense Donald Trump había considerado la posibilidad de desechar los simulacros e incluso expresó afecto por Kim Jong Un.

El ex mandatario surcoreano, Moon Jae-in, mantuvo su compromiso con el diálogo con Kim hasta el final de su mandato, a pesar de ser rechazado repetidamente por Corea del Norte.

En otro orden, los dos mandatarios expresaron su “preocupación” y se dijeron “dispuestos a trabajar con la comunidad internacional para proporcionar asistencia” a Pyongyang ante la crsis que sufre por la alta propagación de covid-19 que atraviesa.

Biden indicó que su país ofreció vacunas, pero “no ha recibido respuesta”, mientras Yoon explicó que ofreció “ayuda humanitaria, al margen de asuntos políticos y militares”.

El gobernante estadunidense expuso que la alianza con Seúl era “un eje de paz, estabilidad y prosperidad” y alabó la importancia de Samsung en el mercado de semiconductores, componente vital de casi cualquier producto tecnológico.