Berlín. El Grupo de los Siete (G-7), que reúne a las mayores economías del mundo, anunció planes para reforzar los sistemas de alerta epidemiológica temprana de detección de enfermedades infecciosas con potencial pandémico tras la aparición del coronavirus, hace más de dos años.
El ministro de salud alemán, Karl Lauterbach, anfitrión de la reunión, dijo que se utilizaría una oficina de la Organización Mundial de la Salud en Berlín para recopilar y analizar los datos más rápidamente.
En tanto, Corea del Norte afirmó ayer que 10 por ciento de sus 26 millones de habitantes han enfermado y 65 fallecieron en su primer brote de covid-19, pero expertos externos cuestionan la validez de la cifra de decesos y están preocupados por una posible crisis humanitaria.
Tras admitir un brote de ómicron la semana pasada, luego de más de dos años afirmando que estaba libre de coronavirus, Corea del Norte explicó que una fiebre no identificada se ha expandido de forma explosiva por el país desde finales de abril. Autoridades han publicado la cifra oficial de personas aquejadas por la fiebre en medios estatales, pero no menciona los casos de covid-19.
Observadores apuntan a que el país podría haberse visto obligado a reconocer el brote al no poder esconder la expansión del virus altamente contagioso y sufrir su posible descontento hacia su líder, Kim Jong-un. Creen que las autoridades están reportando menos decesos de los reales para tratar de mostrar que su respuesta es eficaz, aunque carece de tests diagnósticos para confirmar un gran número de casos.
La Universidad Johns Hopkins calculó ayer 526 millones 557 mil 541 la cifra de contagios confirmados desde la pandemia, y los muertos en 6 millones 287 mil 278.
