Rosaura Zapata (1876-1963). Muy pocos saben que fue la primera persona que recibió la Medalla Belisario Domínguez, en 1954, fue una educadora: Rosaura Zapata Cano, maestra de maestras, líder de las pioneras de la formación prescolar en México. Con Estefanía Castañeda, Carmen Ramos y Bertha von Glümer fundó los primeros jardines de niños en el país. El secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes de México, don Justo Sierra, las apoyó para viajar a Europa y conocer las escuelas creadas por Enrique Pestalozzi y Federico Froebel. Zapata es también autora del himno de las educadoras (que entoné varias veces como alumna de esa institución): “Educadoras marchen contentas, busquen belleza, busquen verdad, para que el niño que esté en sus manos sólo perciba la claridad…”
Eva Sámano Bishop (1910-1984). Fue esposa del presidente Adolfo López Mateos y la mejor primera dama que ha tenido México. Originaria de Guerrero, fue conocida como “Madre Nacional”, “Gran protectora de la infancia” y “La maestra de México”. Se hizo acreedora a doctorados honoris causa por las universidades Femenina de Filipinas y la de Florida. Fundó la institución más inteligente creada para la niñez en nuestro país, el INPI (Instituto Nacional de Protección de la Infancia). Y fue seguramente ella quien influyó para la construcción de la Escuela Nacional para Maestras de Jardines de Niños, modelo sin parangón en América Latina que fue inaugurada por López Mateos en 1964.
Gabriela Mistral (1889-1957). Poeta y maestra rural chilena, fue el primer personaje que recibió en América Latina el Premio Nobel de Literatura, en 1945. Considerada referente de la poesía universal, vino a México en 1922, invitada por el secretario de Educación José Vasconcelos, con el fin de colaborar en las Misiones Culturales, para combatir el analfabetismo y crear bibliotecas populares. Recupero su hermosa voz por la niñez: “Nuestro peor crimen es abandonar a los niños… Muchas de las cosas que necesitamos pueden esperar / Los niños no pueden / ahora es el momento / sus huesos están en formación y su sangre también lo está / Sus sentidos se están desarrollando / A ellos no podemos contestarles mañana / ¡Su nombre es hoy!”