La Habana. La subdirectora general para Estados Unidos de la cancillería de Cuba, Johana Tablada, rechazó y calificó de “bochornosa” la acusación de Washington de que la isla no coopera en la “lucha contra el terrorismo”, establecida por la anterior administración del ex presidente Donald Trump (2017-2021) y mantenida por el actual gobernante, Joe Biden.
“Bochornosa es la decisión gobierno de Estados Unidos de reditar la acusación fraudulenta de (el ex secretario de Estado Mike) Pompeo y Trump sobre ‘falta de cooperación de Cuba en la lucha contra el terrorismo’. Suma así episodios al descrédito de sus compromisos en la lucha vs. el grave flagelo. Conocen bien nuestro desempeño ejemplar”, tuiteó Tablada.
El gobierno de Biden volvió a incluir a Cuba en una lista de países que, según Washington, “no cooperan plenamente en su lucha contra el terrorismo”, lo que aviva aún más las tensiones con La Habana.
En la evaluación final publicada ayer en el Registro Federal estadunidense, el secretario de Estado, Antony Blinken, nombró a Cuba, junto con Irán, Corea del Norte, Venezuela y Siria, pues, según Washington, no cumplen sus expectativas.
El Departamento de Estado estadunidese está obligado por ley a proporcionar esta lista anualmente al Congreso de ese país. En enero de 2021, a menos de dos semanas de concluir el mandato de Trump, La Habana fue incluida por segunda ocasión en la lista.
Un vocero del Departamento de Estado dijo a la agencia de noticias Reuters que la actual decisión fue el resultado de una revisión de “los objetivos antiterroristas con Estados Unidos y una evaluación realista de sus capacidades”.
Esta decisión se dio tres días después de que Washington relajó las restricciones a los viajeros estadunidenses a Cuba y levantó limitaciones a las remesas, en un anuncio que fue calificado de paso limitado en la dirección correcta que no modifica en absoluto el bloqueo dispuesto por Washington hace más de 60 años.
Una historia interrumpida sólo por Obama
Durante 33 años, desde 1982 hasta 2015, Cuba permaneció incluida en la siniestra lista del Departamento de Estado, un argumento empleado por Washington para recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero contra La Habana, y mantener las sanciones políticas.
En mayo de 2015, como resultado del proceso de reanudación de relaciones diplomáticas entre ambos países, el entonces presidente estadunidense Barack Obama (2009-2017) decidió sacar a Cuba de esta lista.