Porto Feliz. El multimillonario Elon Musk y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunciaron ayer el lanzamiento de un programa de conexión satelital para escuelas aisladas y de “monitoreo medioambiental” de la selva amazónica que será desarrollado por la empresa SpaceX del magnate.
Tras la reunión en un lujoso hotel fuertemente custodiado en el estado de Sao Paulo, Musk dijo que la instalación de su red satelital Starlink para conectar 19 mil escuelas rurales y monitorear la deforestación amazónica es “muy buena” por razones “educativas y ambientales”.
A su lado, el mandatario ultraderechista, muy criticado por su política ambiental y las cifras récord de deforestación e incendios en la mayor selva tropical del planeta, calificó a Musk de “mito de la libertad” y dijo que cuenta con él para mostrar “cómo preservamos la Amazonia”. “Y (para mostrar) cuánto mal nos causan los que difunden mentiras sobre esa región”, agregó.
La reunión generó una gran expectación y el hashtag #BolsonaroMusk llegó ayer a ser tendencia número uno en Brasil.
El gobierno brasileño anunció en noviembre que estaba negociando un acuerdo con Musk para que su empresa Space X proporcione Internet satelital en la selva amazónica y ayude a detectar la deforestación ilegal.
Para Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas en Sao Paulo, el programa puede ayudar políticamente a Bolsonaro, “a pesar de que los expertos” señalan que “el problema de combatir la deforestación no es la falta de monitoreo”.
“Traer Internet es fantástico, conectar escuelas tiene sentido. Pero para monitorear la deforestación no tiene mucho sentido, porque ya se hace en Brasil con excelencia. Lo que falta es acción, no monitoreo”, declaró Tasso Azevedo, coordinador de Mapbiomas, un consorcio de ONG, universidades brasileñas y startups que utiliza imágenes satelitales para rastrear la destrucción de la selva.
Musk, presidente ejecutivo de SpaceX y de Tesla, es actualmente la persona más rica del mundo, según la revista Forbes, con una fortuna estimada en más de 200 mil millones de dólares. El mes pasado anunció su interés por comprar la red social Twitter, el cual fue celebrado con euforia por Bolsonaro, de cara a las elecciones de octubre, cuando buscará un segundo mandato.