La pandemia de covid-19 llegó por sorpresa y por eso quebrantó nuestros corazones, según parafraseó Armando Bartra lo dicho hace unos 2 mil 500 años por el historiador griego Tucídides respecto de lo ocurrido en Atenas con la peste.
“Ya nos explicó (el subsecretario de Salud) Hugo López-Gatell que ya sabíamos que la pandemia iba a venir, pero no cuándo ni cómo; llegó por sorpresa y quebrantó nuestros corazones. Provocó esa incertidumbre y esa angustia de algo que llega y que es muy visible.”
En la presentación de su libro Exceso de muerte: De la peste en Atenas a la covid-19 (Fondo de Cultura Económica), la noche del jueves en la Librería Rosario Castellanos de ese sello editorial, el filósofo y sociólogo aseguró que el orgullo de Atenas fue conmovido por el virus mientras el de la modernidad derrumbó dos grandes principios pilares de nuestro tiempo.
“Uno, el de la certeza absoluta. Queremos un mundo sin incertidumbre ni azar, donde todo suceda conforme esté previsto y planeado. Queremos un mundo de abundancia total”, explicó.
“Certeza y abundancia total, ésa es la gran promesa de la modernidad, y ¿qué es lo que tenemos? Abundancia de lo superfluo y escasez de lo esencial. Nos faltan el agua pura, el aire limpio, la tierra fértil, los espacios amables. En cambio, tenemos los automóviles sobrados, y ya no podemos movernos, porque estamos en embotellamientos; tenemos exceso de antibióticos, en cuanto a que se consumen y estamos provocando enfermedades que son resistentes a ellos.”
Tras reconocer el trabajo no sólo científico, administrativo y político, sino en términos humanos que han realizado durante la emergencia sanitaria el secretario de Salud, Jorge Alcocer, y el subsecretario Hugo López-Gatell, quienes participaron en el acto, Armando Bartra afirmó que la incertidumbre no es el nuevo coronavirus, el cual es imprevisible, sino el comportamiento de las personas frente a esa circunstancia, y consideró un imperativo social reflexionar al respecto.
Opinó que, como humanidad, no veremos la luz al final del túnel de este episodio si no nos dejamos conmover por lo que está pasando. No se trata, agregó, de repetir lo que ya se sabía antes de la pandemia, como que el neoliberalismo es un mal que debemos erradicar o que el extractivismo destruye nuestro entorno.
“Necesitamos colocar todo eso en otra tesitura. Hemos sido retados, convocados a asumir nuestro ser y, por tanto, a replantear todas estas estrategias, que no son novedad. No podemos decir que no pasó nada”, agregó.
“Hemos construido ideas, propuestas, programas; hay que reivindicarlos, continuar en ellos y profundizarlos; pero tenemos que asumir que la pandemia es una epifanía que nos coloca en una situación diferente. Si no lo hacemos, no vamos a salir adelante.”
López-Gatell reconoció la incapacidad de las autoridades del sector salud federal para lidiar con toda la insatisfacción que se presenta en torno al fenómeno de la pandemia.
“La más básica es la que ya comenté: todos nos enfrentamos a esta adversidad y reclamamos otra vez certidumbre, garantías, que esto se acabe. Pero desde que anunciamos la pandemia, 32 días antes de su inicio, hasta este momento, hemos reiterado que un fenómeno de esta naturaleza, que llamamos inconmensurable, no es posible terminarlo de un día para otro”, puntualizó.
“La expectativa ha seguido vigente y, posiblemente, la frustración y el enojo de algunos grupos sociales –creo que hay mucho más detrás de ello– son porque no detenemos este fenómeno; algunos de esos grupos, espero minoritarios, incluso nos insultan y nos atacan porque no detuvimos la epidemia. Pero nadie en el mundo lo ha podido hacer.”
Además de los mencionados, en la presentación participó el filósofo y escritor Óscar de la Borbolla, moderados por la periodista Verónica Ortiz.