Ciudad de México. Claudia Sheinbaum consideró “absolutamente autoritario” que se haya unificado la imagen de los puestos metálicos en los que se venden alimentos en calles de la alcaldía Cuauhtémoc para imponer un mensaje único y borrar lo que ha sido históricamente la identidad cultural y popular en la Ciudad de México.
Para la jefa de Gobierno, los puestos callejeros que se pintan de colores y de distintas formas son parte de la cultura local. “Entonces, quitar la creatividad para imponer un eslogan de una alcaldía me parece que no es correcto”.
Aseguró que no hay ningún sustento jurídico legal para que se implante esa idea, y señaló que los comerciantes que se sientan amenazados u obligados por la autoridad local pueden presentar una denuncia ante la Secretaría de la Contraloría General.
La semana pasada, con el argumento de que deben “adecuarse al orden y disciplina del nuevo gobierno”, por instrucciones de Sandra Cuevas los puestos semifijos de tortas, tactos, mariscos y caldos de gallina, entre otros, fueron pintados de blanco, con el lema y logotipo de la alcaldía; así se eliminaron rótulos e imágenes que los identificaban.
Locatarios y consumidores de estos puestos en el bajopuente de Chabacano, Balderas, Bucareli, Morelos y Cristóbal Colón coincidieron en que se pierde su identidad.
Los comerciantes debieron asumir el costo de la pintura, en algunos casos hasta de mil 300 pesos, y después pagar 150 por la calcomanía con el escudo de la alcaldía Cuauhtémoc con la leyenda “Es tu casa”. Tuvieron que colocar lonas con el nombre de sus locales, como Los dos carnales, Los Cuñados, Mariscos El amigo y Tacos El Gallo.
En el Congreso local, ante el llamado de legisladores a que se reconsidere dicha acción, Cuevas respondió: “Yo veré con artistas y vecinos si lo quitamos o lo dejamos”.
En su comparecencia ante comisiones del Legislativo, dijo que los rótulos “pueden ser usos y costumbres, pero no son arte” y agregó que se decidió cambiar su imagen “para que los vean bonitos”.
Legisladores de Morena y bancadas afines reprocharon a la funcionaria otras conductas, como haber puesto en riesgo la gobernabilidad de la alcaldía, abusos contra el personal de nómina ocho y la inducción del voto en la consulta del presupuesto participativo por proyectos de bacheo para disponer de más de 40 millones de pesos.