Jerusalén. Las fuerzas israelíes identificaron en su arsenal el fusil que podría ser el que mató a la periodista de Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, pero advirtieron que no pueden confirmarlo hasta que los palestinos entreguen la bala para su análisis, informó ayer un funcionario militar israelí. Es un pequeño avance en la investigación en torno a la muerte de Abu Akleh, quien fue abatida el 11 de mayo cuando cubría un operativo militar de Tel Aviv en Cisjordania.
Funcionarios palestinos, junto con otros periodistas que acompañaban a Abu Akleh, han dicho que ella murió por fuego de las fuerzas israelíes, las cuales insisten en que ella murió en medio del fuego cruzado y que, sin un análisis apropiado, no se puede confirmar.
Israel ha pedido una pesquisa conjunta con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), pero ésta, que tiene la bala, sostiene que no confía en Israel. La ANP afirma que realizarán su propia investigación y que cooperarán con cualquier país, menos con Israel.
Aunque sigue incierto el origen del disparo, “hemos identificado al arma que posiblemente estuvo involucrada en el intercambio de fuego cerca de Shireen”, declaró el funcionario israelí y reiteró el llamado a los palestinos para que entreguen el proyectil para ser concluyentes”. El funcionario habló a condición de anonimato al no estar autorizado para divulgar el tema.
El viernes, el fiscal palestino aseveró que, según conclusiones preliminares, Abu Akleh fue abatida por fuego intencional israelí, aunque añadió que la indagatoria continúa.
Las fuerzas israelíes tienen dos hipótesis: la periodista fue alcanzada por balas de milicianos, o que la bala vino de un soldado israelí que disparaba por una portezuela en un vehículo blindado contra un miliciano palestino que le estaba disparando al vehículo, por ello la importancia de comparar la bala y el fusil.
Judíos ortodoxos enfrentan a policías
A un año de la tragedia que por estampida dejó 45 muertos y 150 heridos en el monte Merón, Israel, decenas de fieles judíos ortodoxos rompieron el cerco policial que contenía la masiva concentración de este año que festeja el Lag Baomer.
El viceministro de asuntos religiosos, Matan Kahana, acusó a grupos de “fanáticos religiosos” extremistas de sabotear intencionalmente la celebración y alabó la actuación policial que rescató a mujeres y niños del peligro. Se ordenó que la festividad termine antes de lo previsto.