Washington. Los países que se incorporan a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no suponen una amenaza para ninguna nación, afirmó ayer el presidente estadunidense Joe Biden, en un discurso junto a su homólogo de Finlandia, Sauli Niinistö, y la primera ministra de Suecia, Magdalena Andersson, cuyos gobiernos solicitaron ser incluidos en la alianza, al abandonar su tradicional neutralidad militar tras la invasión rusa a Ucrania.
“El propósito de la OTAN es defenderse de la agresión”, declaró Biden.
Niinistö aseguró que su país toma en serio las inquietudes de Turquía, y Andersson expresó que Suecia espera que el proceso de adhesión a la alianza sea rápido. Biden afirmó que presentó ayer la documentación al Congreso de Estados Unidos para su rápida aprobación una vez que la OTAN la acepte también.
Turquía rechaza la inclusión de Finlandia y Suecia, pues acusa a estos países de apoyar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, al que considera “terroristas”. La organización atlántica requiere unanimidad para aceptar a nuevos miembros.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, aseguró que funcionarios estadunidenses confían en que se puedan tratar las preocupaciones de Turquía, pero admitió que no hay planes para que Biden converse con su par turco, Recep Tayyip Erdogan. El canciller turco, Mevlut Cavusoglu, afirmó antier que se preparaba una reunión.
Erdogan sostuvo ayer que Ankara no puede renunciar a su relación con Moscú: “Tenemos en común el proyecto de la central nuclear Akkuyu (…). Recibimos de esa nación 50 por ciento del gas que consumimos”. Agregó que su gobierno conserva su relación con Ucrania ya que “nadie se beneficiará de una nueva guerra mundial”.
Estados Unidos anunció el envío de 100 millones de dólares en equipo militar a Ucrania, aparte de los 40 mil millones de dólares aprobados ayer por el Senado. Con este reciente envío, Washington ha proporcionado casi 4 mil millones de dólares en ayuda militar desde el 24 de febrero, cuando comenzó la invasión.
Los jefes de estado mayor de Estados Unidos y Rusia hablaron por teléfono, por primera vez desde el inicio de la guerra entre los países eslavos, anunció el Pentágono. Los generales Mark Milley y Valeri Guerasimov “abordaron temas preocupantes en materia de seguridad”, precisó el portavoz Dave Butler. Ambos acordaron no informar lo conversado.
En una cumbre del Grupo de los Siete países más industrializados (G-7), en Königswinter, Alemania, los ministros de Economía de Estados Unidos, Japón, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania (G7) analizaron cuánto podían aportar a Ucrania a corto plazo. La secretaria del Tesoro estadunidense, Janet Yellen, indicó que el grupo acordó dar a Kiev los recursos financieros que necesita.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, cuyo gobierno confiscó aviones y fondos vinculados al gigante de la aviación estatal ruso United Aircraft Corporation, advirtió que su nación logrará la independencia del gas ruso el segundo semestre de 2024 –más tiempo que se supuso–, antes de poder sumarse al boicot al combustible ruso.
El primer ministro británico, Boris Johnson, se comunicó ayer con el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, y le expresó su “grave preocupación” por el aumento de los precios de los alimentos por la guerra , y le habló de los esfuerzos Estados Unidos, Francia y Alemania para abrir nuevas vías para transportar comestibles.
El canciller federal alemán, Olaf Scholz, declaró que se opone a dar a Ucrania un “atajo” para que se integre a la Unión Europea (UE) por un principio de equidad hacia seis países de los Balcanes occidentales que han esperado muchos años para sumarse al bloque.
El canciller ucranio, Dmytro Kuleba, se quejó de que Kiev recibe “trato de segunda zona” de “algunas” capitales europeas respecto a su ingreso a la UE.
Los recientes incidentes en Transnistria, Moldavia, muestran que no se puede descartar la propagación del conflicto ucranio a los países limítrofes, declaró el presidente de Francia, Emmanuel Macron, durante su reunión con su homóloga moldava Maia Sandu.
El Parlamento Europeo condenó el apoyo del mandatario bielorruso, Alexander Lukashenko, a Rusia, nación a la cual le permite usar su territorio para el despliegue militar y el envío de equipamiento al otro lado de la frontera con Ucrania”.