Madrid. El todavía “rey emérito” español Juan Carlos de Borbón regresó a España, casi dos años después de que decidió trasladar su residencia habitual a Emiratos Árabes Unidos tras la acumulación de causas judiciales en su contra por supuestos fraudes fiscales, cohecho y corrupción, además de los numerosos escándalos personales que casi siempre se mezclaban con el pago millonario de comisiones ilegales. El que fue el jefe del Estado español desde 1976, tras la muerte de Francisco Franco, hasta su abdicación, en el 2014, aterrizó en la ciudad gallega de Vigo para trasladarse de inmediato el pueblo pesquero de Sanxenxo, donde participará en una regata deportiva.
Juan Carlos de Borbón salió de España cuando la justicia de Suiza y de España le pisaba los talones. Había hasta tres causas abiertas en su contra, todas ellas relacionadas con el cobro de comisiones ilegales y el blanqueo de capitales, si bien la que más interesó a los investigadores fue la del pago de 65 millones de euros por su intermediación en la construcción del tren de alta velocidad a La Meca. Actualmente esas investigaciones ya fueron archivadas, tanto en Suiza como en España, en gran medida porque la justicia española respetó la condición de “inviolabilidad” que detentó durante toda su etapa como jefe del Estado. Sin embargo, hoy en día todavía tiene abierta una causa judicial en Londres, en este caso por haber espiado, acosado y amenazado a la que fue su última amante, la princesa alemana Corinna, quien a su vez fue una de las responsables de entregar las pruebas y los documentos de la supuesta trama de corrupción en torno al tren de La Meca.
El regreso a España del rey emérito fue negociado con su propio hijo, el actual monarca, Felipe VI, con el que no se habla más que lo indispensable y con el que mantiene una relación distante. De hecho el actual Rey no sólo anunció que había decidido retirarle a su padre cualquier tipo de partida presupuestaria para su manutención, sino que también renunció a cualquier tipo de herencia económica de su parte y ahora, en este viaje, ni siquiera le abrió las puertas del Palacio de la Zarzuela para que se hospedara unos días. De hecho, se prevé que se encuentren unas horas del próximo lunes y después de ese encuentro, el rey emérito abordará un nuevo avión que le llevará de regreso a Abu Dabi.
Juan Carlos de Borbón participará durante su estancia en el pueblo gallego de Sanxenxo de una competencia deportiva acuática y se hospedará en casa de un amigo personal. A su llegada a Vigo le recibió su hija, la Infanta Elena, que es con la que mantiene una relación estrecha. El resto de la familia, tanto su esposa, la Reina Sofía, como el Rey Felipe VI y su otra hija, la Infanta Cristina, no acudieron a su encuentro.
La visita a España del rey emérito provocó malestar en la izquierda española, sobre todo en Unidas Podemos (UP), que forma parte del gobierno de coalición que dirige España, que le exigió explicaciones a su conducta de los últimos años y le reclamó una petición de perdón a la ciudadanía. También desde los nacionalismos vasco, gallego y catalán se alzaron las voces contra su visita, al insistir en que tendría ser juzgado por sus presuntos delitos.