Mariupol. El ministerio de Defensa de Rusia informó ayer que más de 250 soldados ucranios, entre ellos varios heridos, se rindieron en la asediada acería de Azovstal que se ubica en el puerto de Mariupol. En contraste, el ejército ucranio evitó emplear el término “rendición” y habló de “un esfuerzo” para salvar tantas vidas como fuera posible.
Reuters fue testigo de cómo salían autobuses de la acería, donde los defensores resistieron en un complejo de túneles durante varias semanas.
La toma completa de Mariupol es la mayor victoria de Rusia desde la invasión, el 24 de febrero, y da a Moscú el control total de la costa del mar de Azov y de una franja ininterrumpida del este y el sur de Ucrania, aunque la ciudad portuaria está ahora en ruinas.
Las autoridades ucranias tenían previsto seguir intentando salvar a un número indeterminado de combatientes que se quedaron atrás. No estaba claro si los soldados evacuados a zonas controladas por Rusia serían considerados prisioneros de guerra, aunque el Kremlin indicó que el presidente Vladimir Putin garantizó que serán tratados de acuerdo con las normas internacionales.
Rusia declaró que al menos 256 combatientes ucranios habían “se habían rendido”, incluidos 51 heridos graves. Ucrania habló de que 264 soldados, 53 de ellos lesionados, se marcharon.
Un video del ministerio ruso de Defensa mostró a los combatientes al salir de la planta, algunos eran llevados en camillas, otros con las manos en alto para ser registrados por las tropas rusas.
Aunque ambas partes hablaron de un acuerdo en virtud del cual todas las tropas ucranias abandonarían la enorme planta siderúrgica, todavía no se han hecho públicos muchos detalles, como el número de combatientes que siguen dentro y si se acordó algún tipo de intercambio de prisioneros.
Las autoridades ucranias informaron la semana pasada que más de mil soldados, 600 de ellos heridos, estaban dentro del complejo industrial.
La viceministra ucrania de Defensa, Hanna Malyar, señaló que no revelaría cuántos combatientes estaban dentro de la planta hasta que todos estuvieran a salvo.
“La guarnición de Mariupol ha cumplido su misión de combate”, reportó el Estado Mayor de las fuerzas armadas de Ucrania. “El mando militar supremo ordenó a los comandantes de las unidades estacionadas en Azovstal que salvaran la vida del personal”, mientras el presidente Volodymir Zelensky dijo: “Ucrania necesita héroes vivos”.
Civiles que abandonaron la siderúrgica la semana pasada y solicitaron ser llevados a zonas bajo control ruso relataron que los combatientes ucranios, muchos de ellos pertenecientes al neonazi batallón Azov, les impidieron salir antes.
El desenlace de una batalla que llegó a simbolizar la resistencia ucrania ocurrió mientras las fuerzas rusas luchaban en otros lugares con tropas retirándose de las afueras de Járkov, en el noreste.
Rusia denunció ayer un ataque con “armas de gran calibre” contra una localidad ubicada en la región de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania, y recalcaron que el incidente se saldó con daños en una escuela y varias viviendas.
Ocho personas murieron y 12 resultaron heridas ayer en un ataque ruso contra Desna, localidad ucrania al norte de Kiev, conocida por albergar un enorme campamento de entrenamiento militar, informaron socorristas locales.
El consejero del presidente Zelensky, Mijailo Podoliak, comentó que las negociaciones de paz están “en pausa”, y criticó que Rusia no muestra ninguna “comprensión” de su papel “negativo”.
Moscú respondió que Kiev se retiró del proceso de negociación y que no respondió a su última propuesta, además de haber cambiado los términos del último documento acordado en Estambul, el pasado 22 de abril.
Aumentan las preocupaciones por el bienestar de más de 260 combatientes ucranianos que se rindieron ante las fuerzas rusas en la fábrica de acero Azovstal en Mariúpol después de semanas de resistencia desesperada. Infografía Graphic News.