Moscú. Rusia aumentará la plantilla de sus misiones diplomáticas en América Latina, África, Asia y la CEI (Comunidad de Estados Independientes) tras la expulsión de sus diplomáticos de Occidente, y cambiará el formato del aparato central del ministerio del Exterior, aseguró ayer el canciller ruso, Serguei Lavrov.

“Todos los diplomáticos que regresaron de los países hostiles ahora se están colocando en nuestro ministerio y en el extranjero en otras direcciones”, dijo el funcionario.

Lavrov explicó que Rusia, ante todo, está a favor “de un desarrollo rápido de las relaciones con aquellos países que respetan los principios de la Carta de la Organización de Naciones Unidas” y defienden “la igualdad soberana de los estados”.

El jefe de la diplomacia rusa auguró cambios en las embajadas de esos países y “en el aparato central, donde la estructura de los departamentos se reformará de manera significativa”.

Según el titular, las prioridades de Rusia son claras, pero no van dirigidas en contra de Occidente.

En tanto, el Servicio de Inteligencia Exterior aseveró que “Estados Unidos recluta a miembros de organizaciones terroristas internacionales, entre ellas el grupo Estado Islámico (EI), prohibido en Rusia, como mercenarios para las acciones militares en Ucrania”.

Subrayó que “para alcanzar sus objetivos geopolíticos, Estados Unidos está dispuesto a utilizar todos los medios, incluso el patrocinio de grupos terroristas internacionales”.

En abril los servicios especiales de Estados Unidos ayudaron a liberar a 60 “terroristas del EI”, de entre 20 y 25 años, de las prisiones controladas por los kurdos para capacitarlos en la base militar de Al Tanf, en Siria, y luego enviarlos a Ucrania.

“Esta base militar y sus alrededores se convirtieron hace tiempo en un centro terrorista, donde se realiza simultáneamente la capacitación hasta de 500 miembros del EI leales a Washington y otros yihadistas”, afirmó el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia.

Precisó que el programa de formación en Al Tanf incluye la capacitación en el uso de sistemas de misiles antitanque, drones de reconocimiento y combate, medios de comunicaciones avanzadas y otros equipos disponibles.