Fitch Ratings ratificó la calificación de la deuda soberana de México en BBB- con una perspectiva estable. Con ello las obligaciones respaldadas por las finanzas públicas mantienen el grado de inversión, en el escalón más bajo y a un paso de terreno especulativo, al tiempo que no se prevén cambios en esta evaluación en un periodo de seis a 18 meses.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público recordó que en lo que va del año cinco agencias han ratificado la calificación de México, la de Fitch “permite a México mantener sólidos equilibrios macroeconómicos y finanzas públicas estables, garantizando el acceso a los mercados financieros nacionales e internacionales”.
La firma de riesgo explicó que “la calificación de México está respaldada por un marco de política macroeconómica prudente, cuentas externas estables y sólidas”, pero “está restringida por un gobierno débil, un desempeño de crecimiento a largo plazo moderado, una intervención política continua que afecta las perspectivas de inversión y los posibles pasivos contingentes de Petróleos Mexicanos (Pemex)”.
Fitch acotó que la actual administración ha mantenido déficits fiscales moderados, incluso reconoció que la proporción de endeudamiento con relación al producto interno bruto (PIB) se encuentra por debajo de economías calificadas en el mismo rango de BBB.
Se espera que este año los gastos superen a las entradas en 3.3 por ciento como proporción del PIB. Si bien las medidas de eficiencia recaudatoria aplicadas por el Servicio de Administración Tributaria pueden tener efecto en el corto plazo, a falta de una reforma fiscal no se espera una mejora profunda en los ingresos, puntualizó.
Agregó que a raíz del aumento en el precio del petróleo a nivel internacional, los ingresos petroleros serán superiores a lo presupuestado por el gobierno federal, pero serán absorbidos por los subsidios a gasolinas. Las finanzas públicas no tendrán un impacto siempre y cuando el crudo no cotice por arriba de 100 dólares por barril.
La calificadora prevé que este año se reduzcan los apoyos de las finanzas públicas a Pemex, ya descontada la reducción en la carga tributaria, a través del derecho de utilidad compartida, y la inyección de capital por 2 mil 200 millones de dólares para cubrir vencimientos que se le hizo en el primer trimestre del año. Sin embargo, al moderarse el precio del petróleo en 2023, volverán los apoyos “dadas las debilidades financieras estructurales” de la empresa.
También como un riesgo para la sostenibilidad de las finanzas públicas se encuentra un crecimiento que Fitch estima en 2 por ciento para 2022 y que permanezca en este nivel el siguiente año. Hasta 2023 se espera que la economía mexicana recupere los niveles previos a la pandemia, lo que la dejará rezagada frente a países con una nota crediticia similar y a pares de América Latina.
La firma considera que el Banco de México realizará más aumentos a su tasa de referencia, dado el entorno internacional, pero los riesgos externos para las finanzas públicas parecen contenidos por el tipo de cambio flotante y los niveles reservas internacionales, además del acceso a la línea de crédito flexible del Fondo Monetario Internacional.