El agua subió por la noche y de mañana formó un lago en el pasto que cubre un cementerio en Jamestown, uno de los lugares fundacionales de Estados Unidos.
Los encargados de la conservación del lugar, dicen con los pies mojados que esta sólo es la última de una serie aparentemente interminable de inundaciones en el primer asentamiento inglés permanente de Norteamérica, y también hogar de tribus nativas durante miles de años.
Los sacos de arena y las lonas proporcionan cierta protección contra los elementos, pero los conservadores advierten que el tiempo se acaba para Jamestown, cada vez más amenazado por el alza del nivel del mar y las condiciones meteorológicas extremas debido al cambio climático.
"Todos los elementos arqueológicos que aún no pudimos investigar podrían resultar destruidos", afirma Michael Lavin, director de colecciones de la Jamestown Rediscovery Foundation, la asociación encargada del sitio en el estado de Virginia.
A principios de mes, el National Trust for Historic Preservation, una de las principales instituciones para la preservación del patrimonio, incluyó a Jamestown en su lista de 2022 de los 11 lugares históricos más amenazados de Estados Unidos.
— "Tenemos que hacer algo ahora" -
"Tenemos que hacer algo y tenemos que hacerlo ahora", dijo Lavin, esquivando un camino inundado para llegar a su oficina.
David Givens, director de arqueología, trabaja aquí, al igual que su colega, hace más de 20 años.
"Durante la mayor parte de nuestras vidas, esta ha sido una zona seca", dijo.
La inundación actual subió un metro, un nivel que será la norma a finales de siglo, según las proyecciones.
"Este es un ejemplo perfecto de la subida del nivel del mar, del cambio climático y de cómo esto nos está afectando", dijo el arqueólogo.
El nivel del mar en la desembocadura del río James ya subió 45 centímetros desde 1927.
La preocupación es grande porque el lugar reúne mucho de la historia americana: además de los colonos ingleses, el sitio fue el hogar de tribus nativas americanas durante 12.000 años y, en 1619, fue el primer lugar en los territorios norteamericanos de Gran Bretaña al que se trajeron esclavos africanos.
Huesos "como esponjas"
A los pies de la antigua iglesia, la arqueóloga Caitlin Delmas rasca el suelo con su paleta, rodeada de sacos de arena y lonas que se despliegan con cada aguacero.
"Eso también trae mucho estrés extra, porque tenemos que asegurarnos de que todo se quede seco", explica.
En 2013, el estudio de los huesos de una joven encontrados aquí permitió confirmar que había sido víctima de canibalismo durante una hambruna entre los colonos en el invierno de 1609-1610.
Pero puede ser que no haya más otros descubrimientos tan raros: Delmas dijo que los huesos desenterrados recientemente eran "como esponjas" y no podrían ser analizados debido a la excesiva alternancia entre haber estado secos y húmedos.
Es "casi como en la guerra, en una trinchera con sacos de arena, porque es una lucha constante para nosotros", definió Givens.
"Con el tiempo, esos sitios arqueológicos serán inaccesibles, se erosionarán por el agua salada, por las inundaciones", dijo, y añadió: "Creo que eso es lo que más me asusta".
Marcy Rockman, pionera en el estudio del impacto del cambio climático en los recursos culturales de los parques nacionales de Estados Unidos, dijo que los sitios de patrimonio cultural "siempre fueron afectados por tormentas y viento y lluvia".
"Pero lo que pasa es que esas fuerzas se están acelerando. Se están intensificando. Se están recombinando de nuevas maneras. Están llegando en diferentes momentos del año" debido al cambio climático, explicó.
En el amplio estuario frente a Jamestown, un puñado de barcazas traen bloques de granito, a la espera de que el tiempo mejore para reforzar el actual dique que se construyó a principios del siglo 20 com el objetivo de proteger el lugar de la erosión.
El proyecto, que cuesta más de 2 millones de dólares, es sólo un primer paso: también se están realizando estudios sobre las inundaciones, y "va a costar decenas de millones de dólares", dijo Lavin.
En Jamestown, la marea baja alivió un poco la inundación y dejó peces chapoteando sobre el antiguo cementerio, que nunca se ha excavado adecuadamente y que pronto se convertirá en un pantano si no se hace nada.
"Los restos humanos son nuestros registros de datos del pasado", dijo Givens. "Estudiarlo es urgente".
Katherine Malone-France, jefa de conservación del National Trust for Historic Preservation, dijo en su oficina de Washington que el tiempo se termina.
"Tenemos una ventana de cinco años en Jamestown para empezar a mitigar de verdad los impactos del cambio climático", dijo. "Es urgente".