La comunidad de San Andrés Solaga, en la sierra Juárez de Oaxaca, celebró hace unos días la apertura de su primera biblioteca de libros infantiles, donada por Rita Andrea Arce Guzmán, de 10 años, ganadora del Premio CaSa Infantil de Cuento en Zapoteco 2022.
Organizado por la asociación Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Iago) y del Centro Fotográfico Manuel Alvarez Bravo (CFMAB), así como por el Centro de las Artes de San Agustín Etla, el certamen es uno de los legados del pintor Francisco Toledo (1940-1919), cuyo propósito es promover la creación literaria y la lectura en los niños y niñas de esa entidad.
La convocatoria del concurso estipula que la ganadora o el ganador debe elegir un espacio comunitario para entregar los libros. En esta segunda edición del certamen también se premió al relato en tu’un savi (mixteco) de Jocelyn Sánchez Pineda, de 10 años, originaria de El Jicaral, Coicoyán de las Flores, Oaxaca, por su cuento Lánko nùu ndixíi yáa (Zopilote alas blancas). En unos días le serán entregados los libros para su comunidad.
Desde San Andrés Solaga, Rita Arce dijo en entrevista con La Jornada que nunca había escrito un cuento en su lengua materna, sólo en español: “Tengo como 10, no los he contado. A veces se los leo a mis hermanas pequeñas. Escribir en zapoteco me gustó mucho, estoy muy contenta”.
La niña escritora explicó que sus padres le enseñaron a hablar ese idioma y le gusta hacerlo “porque es parte de mi comunidad. A mis papás les enseñaron a hablar zapoteco mis abuelos, y ahora es una lengua con la que me puedo comunicar con las personas mayores”.
En 2021, animada por su maestra Gema Hernández, escribió la historia titulada Xheb Len Bekodaw Chie (José y sus perritos) para responder a la convocatoria del Premio CaSa Infantil de Cuento en Zapoteco.
“Los personajes son unos perritos chiquitos, de color café y raza normal, porque me gustan mucho; eso me inspiró. Mis papás me contaron que cuando uno muere nuestras mascotas nos ayudan a cruzar un río; es una tradición esa historia, por eso también lo incluí en mi relato.
“Mis otros cuentos en español tratan de animales como toros o caballos; también me gusta mucho leer y pintar. Hace tiempo también gané un concurso de pintura”, explicó Rita, cuyo nombre en zapoteco es Rit Pio.
La biblioteca comunitaria de San Andrés Solaga ahora cuenta con un nuevo acervo de libros gracias al premio obtenido por la joven narradora, quien de grande quiere ser maestra, “pero una que le tenga paciencia a los niños y que no se enoje. Quiero enseñar a muchos niños a leer”.
Los títulos se entregaron el pasado miércoles y en conjunto tienen un valor de 30 mil pesos, informaron los organizadores. Los pequeños de la comunidad aplaudieron a Rita, y cuando supieron de qué se trataba la ceremonia algunos comentaron: “Claro, tenía que ganar Rita que es quien más habla zapoteco”. La ganadora también recibió una placa que conmemora la donación y un reconocimiento.
El legado de Toledo continúa
Sara López Ellitsgaard, presidenta de Amigos del Iago y del CFMAB, señaló que esta convocatoria busca continuar con la labor del artista Francisco Toledo, quien fomentó el uso cotidiano de las lenguas maternas y se preocupó por acrecentar los acervos bibliográficos de las comunidades del país.
“Nuestra intención al dar una pequeña colección de libros y no un premio monetario es sembrar en las nuevas generaciones el espíritu de compartir, al tiempo que se acrecienta el acervo de las bibliotecas comunitarias, algo que el maestro Toledo siempre buscó desde que fundó el Iago y otras bibliotecas en escuelas, espacios culturales y centros penitenciarios.”
Además, la comunidad de San Andrés Solaga trabaja en un proyecto de fortalecimiento de su variante de zapoteco, sobre todo con la participación de niños y jóvenes.
Durante la entrega del premio a Rita, a los asistentes se les obsequió un cuaderno de trabajo donde se incluye la versión bilingüe del cuento ganador del concurso. La niña explicó que aún no ha tenido tiempo de ir a la biblioteca a revisar los nuevos libros, pero lo hará en cuanto sus actividades escolares se lo permitan y elegirá algunos para leer en casa.
“A los niños que quieran ser escritores les recomiendo que confíen en su creatividad”, concluyó la joven narradora.
El año pasado, en la primera edición del concurso, resultó ganador Fausto Gael Carrasco Echeverría, de siete años, originario de San Mateo del Mar, por su cuento Mitiüüd nine lil (El camino del pequeño camaleón), escrito en ombeayiüts, su lengua madre.
La historia narra las peripecias de un camaleón que se pierde de su mamá y para defenderse de los peligros del camino usa sus diversos camuflajes.
El premio de Fauso Gael fueron libros con valor de 50 mil pesos, con los que se fundó la biblioteca escolar de su escuela primaria en ese municipio ikoots del istmo de Tehuantepec.