Ciudad de México. México se convirtió en el segundo país del mundo con la mayor recepción de remesas durante el año pasado al superar a China y quedar sólo por debajo de India. En parte, lo anterior es consecuencia de los recursos que reciben los migrantes en tránsito por el país, provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Haití, Venezuela, Cuba y otras naciones del centro y sur de América, reporta el Banco Mundial.
El país “experimentó un excepcional aumento de 25.3 por ciento en los flujos (de remesas), ya que el número de migrantes en tránsito que permanecen en México, así como los que están en camino hacia Estados Unidos, continuaron aumentando”, explica el organismo en un informe.
En suma, de los 131 mil millones de dólares de remesas que recibió América Latina y el Caribe durante el año pasado (25.3 por ciento más que en 2020, siendo la región del mundo en la que más aumentaron estos flujos), 41 de cada 100 llegaron a México.
El organismo destaca que India fue el país que más envíos recibió durante el año pasado, con 89 mil millones de dólares; le siguieron México, con 54 mil millones; China con 53 mil millones, Filipinas, con 37 mil millones y Egipto con 32 mil millones de dólares.
El incremento en México, 10 mil 981 millones de dólares más que en 2020, se debe a los recursos que reciben de sus familiares en Estados Unidos los migrantes de otras naciones que cruzan con destino a ese país.
El Banco Mundial ya había advertido esta tendencia con los datos de 2020, cuando además del aumento de la migración en tránsito hacia Estados Unidos, el flujo de remesas había crecido debido a los “nómadas digitales”, trabajadores, sobre todo estadunidenses, que con las facilidades de trabajar remotamente se mudaron a México.
Se multiplican los “sin documentos”
Para 2021, el organismo enfoca este crecimiento de las remesas hacia México en la migración en tránsito. Exhibe que el año pasado 388 mil 272 personas de otras nacionalidades estaban en el país sin documentos, aumento de 172 por ciento respecto a los 142 mil 694 de 2020.
“Ha habido un cambio en los patrones de los migrantes que cruzan la frontera de Estados Unidos. En el año fiscal 2012, los migrantes de otros países, excepto México y América Central, representaron 2 por ciento del total de encuentros. En el año fiscal 21, la cantidad de migrantes de fuera de México y América Central aumentó a 22 por ciento”, consigna el reporte.
El Banco Mundial destaca que si bien muchos países “han optado por ‘pagar’ a sus países de tránsito vecinos para que detengan los cruces fronterizos irregulares”, y pone de ejemplo el caso de Estados Unidos y México, “sus arreglos financieros son bastante pequeños en comparación con las remesas que fluyen anualmente a los países de origen.
“El acuerdo financiero con el país de tránsito respalda la vigilancia fronteriza, pero no aborda necesariamente las ‘causas fundamentales’ de la migración. Continúa existiendo cierto escepticismo sobre la eficacia de la ayuda oficial y los esfuerzos de desarrollo para abordar los impulsores fundamentales de la migración”, subraya el documento.
Las remesas se han consolidado como una entrada de divisas más importante que la inversión extranjera directa en Latinoamérica; muchos países de América Central, cerca de la región andina y del Caribe habrían sufrido un déficit de cuenta corriente si no fuera por estos recursos, detalla el Banco Mundial.
En este contexto, debido a las expectativas de un fuerte crecimiento del empleo en Estados Unidos, se espera que las remesas a América Latina y el Caribe crezcan 9.1 por ciento este año y 7.7 por ciento en 2023. Tan sólo en el primer trimestre de 2022, Guatemala registró un crecimiento de 26 por ciento, Nicaragua 26 por ciento, México 18 por ciento, El Salvador 6 por ciento y Colombia 5 por ciento.