En México, alrededor de un millón de personas viven con esquizofrenia y se estima que únicamente 19 por ciento reciben atención especializada. La falta de información es uno de los obstáculos, pues transcurre hasta un año antes de que los afectados lleguen con el médico entrenado para realizar el diagnóstico e indicar la terapia, afirmó Jesús Ramírez-Bermudez, especialista del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez.
En conferencia, señaló que, además de la inversión económica necesaria en el área de la salud mental, hace falta fortalecer la preparación de los especialistas. Y es que sólo 4 por ciento de los planes de estudio de las escuelas de medicina incluyen el tema de la salud mental.
Ramírez resaltó que la identificación de la esquizofrenia en las etapas iniciales es complejo porque se puede confundir con otros males. Antes de la aparición de los síntomas más conocidos, como alucinaciones, ideas de daño y persecución, hay otras manifestaciones como el aislamiento social, dificultad para poner atención, pérdida de memoria y en la velocidad de respuesta para solucionar problemas.
También ocurre que quienes tienen esquizofrenia se vuelven indiferentes y desconfiados, incluso hacia las personas con quienes antes habían mantenido una cercanía emocional.
Cuando esto pasa, los pacientes son víctimas de señalamientos y discriminación, lo cual también contribuye en el retraso de una atención médica adecuada.
Comentó que la afectación en la capacidad de pensar, sentir y comportarse puede tener un origen genético y en el ambiente.
El especialista mencionó, entre otros factores de riesgo, la falta de estimulación en etapas tempranas de la vida. Se ha visto que las experiencias adversas en la niñez, e incluso antes del nacimiento, aumentan el riesgo de presentar el trastorno.
Con respecto al diagnóstico, se requiere efectuar estudios físicos y neurológicos, explorar si ha habido uso de sustancias como mariguana, cocaína y otros alucinógenos, respecto de los cuales se ha documentado que aumentan el riesgo de alteraciones del sistema nervioso central.
Los médicos también deben obtener exámenes de función hormonal, indagar si la persona ha tenido accidentes y lesiones cerebrales que también pueden generar síntomas de esquizofrenia. Explicó que un diagnóstico certero se obtiene luego de seis meses, periodo en el que, de persistir los síntomas, es suficiente para declarar la existencia de la esquizofrenia.
Sobre los tratamientos disponibles que se deben usar siempre, Ramírez-Bermúdez destacó los avances científicos por los cuales efectos adversos como parkinsonismo, aumento de peso y alteraciones metabólicas ya no ocurren.