Washington. La confianza de los consumidores estadunidenses cayó a principios de mayo a un mínimo de casi 11 años, debido a la preocupación por la inflación, pero el gasto de los hogares sigue apoyado por un mercado laboral fuerte y enormes ahorros, lo que debería de mantener la expansión de la economía.
Una encuesta de la Universidad de Michigan mostró este viernes que el deterioro de la confianza, que según algunos economistas cayó a una zona de recesión, afectó a todos los grupos demográficos, así como en la afiliación geográfica y política.
El índice preliminar de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan se desplomó 9.4 por ciento a 59.1 a principios de este mes, la lectura más baja desde agosto de 2011. Los economistas encuestados por Reuters habían pronosticado que el índice bajaría a 64.
Los precios de la gasolina y el mercado bursátil tienen un gran peso en la encuesta.
El temor a que la Reserva Federal (Fed) tenga que endurecer la política monetaria para reducir la inflación ha desencadenado una caída de las acciones en Wall Street.
“Pero la confianza ha sido una mala guía para el crecimiento del consumo en los últimos años, así que no leeríamos demasiado en esa señal”, dijo Michael Pearce, economista senior de Estados Unidos en Capital Economics en Nueva York.
“El hecho de que los consumidores se resientan al pagar precios más altos y sufran una disponibilidad limitada no significa que no sigan haciendo esas compras”, apuntó.
El fuerte descenso contrasta con la encuesta de confianza del consumidor del Conference Board, cuyo índice se mantiene muy por encima de los mínimos de la pandemia de Covid-19.
Inflación en un pico
Se ha temido que la elevada inflación y las subidas de las tasas de interés de la Reserva Federal, que comenzaron en marzo, puedan frenar bruscamente el crecimiento o incluso hacer que la economía, que se contrajo en el primer trimestre, entre en recesión.
Si bien es probable que la inflación siga siendo elevada, cada vez hay más indicios de que las presiones sobre los precios han tocado techo.
Otro informe del Departamento de Trabajo mostró que los precios de las importaciones se mantuvieron inesperadamente estables en abril, ya que el descenso del costo del petróleo compensó el alza de los alimentos y otros productos. Los precios de las importaciones habían aumentado 2.9 por ciento en marzo.
Los economistas habían previsto que los precios de las importaciones, que excluyen los aranceles, subieran 0.6 por ciento. En los 12 meses a abril, los precios de las importaciones han subido 12 por ciento, tras haberse acelerado a 13 por ciento en el año transcurrido hasta marzo.
Otros datos gubernamentales de esta semana mostraron que los precios al consumidor mensuales aumentaron al ritmo más lento en ocho meses, mientras que los precios al productor anotaron el menor incremento desde el pasado mes de septiembre.