Ciudad de México. Tras elevar sus previsiones sobre el comportamiento de la inflación en los siguientes meses, el Banco de México (BdeM) incrementó este jueves su tasa de interés de referencia –la que determina el costo del crédito al que se financian empresas y personas– en medio punto porcentual para ubicarla en 7 por ciento. Advirtió que hacia adelante tomará medidas “más contundentes” en caso de un panorama más complejo en el nivel inflacionario. Con esa afirmación, dejó abierta la puerta a alzas de mayor magnitud.
“En las próximas decisiones la Junta de Gobierno (del banco central) vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y sus expectativas… se considerará actuar con mayor contundencia para lograr el objetivo de inflación”, apuntó el banco central en su comunicado de política monetaria.
En esta ocasión, explicó, el aumento de la tasa obedeció a la existencia de presiones inflacionarias mayores a las anticipadas, pues los pronósticos de las inflaciones general y subyacente –aquella que no incluye los precios más volátiles y refleja la tendencia de mediano plazo– se revisaron al alza para el segundo y tercer trimestres de 2023, respectivamente; no obstante, sigue previendo que el regreso a la meta de 3 por ciento sea en el primer trimestre de 2024.
En abril la inflación general fue de 7.68 por ciento, mientras la subyacente fue de 7.22 por ciento, niveles más altos desde enero de 2001.
Hacia adelante, apuntó el banco central, las previsiones están sujetas a riesgos al alza si persiste la inflación subyacente en niveles elevados, presiones inflacionistas externas derivadas de la pandemia, mayores presiones en los precios agropecuarios y energéticos por el conflicto geopolítico, depreciación cambiaria y presiones de costos.
En tanto, factores que pueden llevar las perspectivas a la baja son una disminución en la intensidad del conflicto bélico, mejor funcionamiento de las cadenas de suministro, un efecto mayor al esperado de la brecha negativa del producto o un efecto mayor al esperado del Paquete contra la Inflación y la Carestía.
No obstante, advirtió que el balance de riesgos respecto a la trayectoria prevista para la inflación se mantiene sesgado al alza y se ha continuado deteriorando.
Votaron a favor de la decisión la gobernadora Victoria Rodríguez y los subgobernadores Galia Borja, Gerardo Esquivel y Jonathan Heath. En tanto, votó por incrementar en tres cuartos de punto, a 7.25 por ciento, la subgobernadora Irene Espinosa.
Anticipan más incrementos
Analistas subrayaron que el BdeM comienza a dar señales de que contempla actuar de forma más agresiva ante una inflación que no cede, por lo que esperan más y mayores alzas a la tasa de referencia, al grado de que puede cerrar el año en hasta 8.75 por ciento.
Monex resaltó que el entorno inflacionario se ha deteriorado bastante en los meses recientes, por lo que el banco central parece estar preparado para mostrar un actuar distinto. “Dado que en EU no se han descartado por completo los incrementos de más de medio punto, pensamos que la probabilidad de que se ejecuten en México es más significativa, sobre todo porque varias economías emergentes y de la región así lo han realizado”.
Asimismo, destacó que la normalización de la postura de política monetaria está más cerca de completarse, pues ahora la tasa se ubica sólo a 1.25 puntos porcentuales del máximo de 8.25 por ciento que había alcanzado la tasa a finales de 2018, la cual comenzó a descender a 2020 hasta 4 por ciento como consecuencia de la pandemia.
Por su parte, Invex estima que la tasa cerrará el año en 8.75 por ciento, debido a que anticipa al menos dos aumentos más de medio punto en junio y agosto. A partir de entonces, se esperan alzas moderadas de un cuarto de punto si la inflación se controla.
En línea con lo anterior, Intercam señaló que los riesgos para la inflación se mantienen, por lo que no espera que éstos cedan sino hasta la segunda mitad de 2022 o finales de año.