Luego de finalizar su visita al reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla –en la que fue la primera vez que pisó una cárcel, según aceptó él mismo–, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, afirmó que pudo comprobar los vicios del sistema penal mexicano y los abusos cometidos con la prisión preventiva oficiosa.
El encuentro, que se prolongó por casi tres horas, tuvo lugar en el auditorio del área de visitas, donde se congregaron 220 reclusas, entre ellas la ex secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, quien se encuentra bajo proceso por el delito de ejercicio indebido del servicio público.
Tras escuchar a las mujeres, sostuvo que la mayoría fueron encarceladas por estar en el momento equivocado, en el lugar equivocado o con la persona equivocada. “Muchas de ellas están aquí simplemente por delitos que cometieron sus parejas”, reiteró.
Anunció que hoy se reunirá con la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, para comentarle las conclusiones de esta visita.
Adelantó que desde esta misma semana comenzará a trabajar, dentro del penal, personal del Instituto Federal de Defensoría Pública, para atender casos específicos de imputadas que siguen en proceso desde hace 10 o 15 años, sin recibir sentencia aún.
Zaldívar expuso que una de sus conclusiones es que se debe revisar la privación de la libertad como medida cautelar: “En México hay un abuso de la prisión preventiva oficiosa. Debe ser excepcional, cuando se ponga en riesgo de fuga o que destruya pruebas o que se ponga en riesgo a testigos si no se aplica”.
El propio ministro calificó esta visita de histórica; sin embargo, enfatizó que el centro de este acto deben ser las presas: “Si no generamos medidas, este encuentro no dejaría de ser una anécdota. No se trata de mí, si se tratara de mí sería una vanidad estúpida y frívola”.
Respecto a Robles, Zaldívar aseguró que no hablaron de su caso, pues ese juicio está en manos de jueces y magistrados y no hay elementos para que el Consejo de la Judicatura Federal intervenga.
Antes de iniciar el diálogo, el presidente de la SCJN escuchó a un coro de las internas interpretar las canciones México lindo y querido y Viva México y recibió como regalos artesanías elaboradas por las reclusas.
Zaldívar acudió acompañado por su esposa, Marina Bojórquez, quien convino con las autoridades del penal en visitar de nuevo el lugar para brindar asesoría sicológica a los hijos de las internas, que es su especialidad profesional.