El Gobierno de la Ciudad de México presentó el informe de inconsistencias y contradicciones técnicas y científicas del tercer y último dictamen sobre la causa raíz del desplome de la línea 12 del Metro, elaborado por la empresa noruega DNV, en el que destaca como una de las más graves la de considerar que una inspección rutinaria, definida por un manual de mantenimiento –que anteriormente había sido calificado como deficiente–, podría haber evitado el colapso de la estructura.
En el propio análisis se reconoce que existían errores graves de diseño y construcción a tal grado que aun en el escenario de que el puente se hubiera erigido conforme a las especificaciones requeridas, los pernos más críticos habrían fallado luego del paso de 1.25 millones de trenes o aproximadamente en 14 años de operación, que sería su vida útil.
Junto con la secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Myriam Urzúa, el titular de Obras y Servicios, Jesús Esteva Medina, exhibió cinco razones por las que se rechazó el tercer dictamen, en el que se describen cuatro barreras preventivas que de haber sido efectivas hubieran evitado el colapso del tramo elevado entre las columnas 12 y 13.
De acuerdo con el reporte de la empresa, el diseño conforme las especificaciones de la Asociación Estadunidense de Funcionarios Estatales de Carreteras y Transporte (Aashto, por su iniciales en inglés), la certificación y supervisión de la obra de ingeniería civil, la soldadura e instalación de pernos, así como la inspección detallada de la obra civil según el manual de mantenimiento, resultaron fallidas, lo que ocasionó el desplome.
Respecto a la barrera cuatro, Esteva Medina detalló que DNV asegura que no se realizaron inspecciones rutinarias, pero reconoce que se entregaron los resultados de las revisiones que se hicieron en 2019 y 2020.
Indicó que en los informes anteriores el corporativo noruego señala que las deformaciones eran imperceptibles a simple vista y en el tercero asegura que sí lo eran con base en imágenes de Google View, a pesar de que esa compañía establece en sus términos de servicio la probabilidad de que las condiciones reales difieran de los resultados de los mapas y del contenido.
Agregó que en el segundo reporte menciona deflexiones de 7.62 centímetros a partir de esas imágenes, lo cual no es fundamento para determinar riesgo, dado que la permisible, según el Reglamento de Construcciones, es de 11.7 centímetros.
Refirió que otra inconsistencia es que la empresa encontró que el manual de mantenimiento no determina metodologías para establecer criterios de deformación, incluso dispone que deben revisarse y corregirse; y, por otro lado, menciona que las inspecciones debieron ceñirse al mismo compendio.
Por la noche, DNV respondió que el informe se hizo con la metodología correcta y estrictos procesos internos de calidad por un equipo de expertos internacionales.