Buenos Aires. El presidente argentino Alberto Fernández anunció que buscará su relección en 2023 en momentos en que el oficialismo atraviesa una interna al rojo vivo y su gobierno afronta desafiantes retos como una inflación acelerada y una creciente pobreza.
Fernández dijo que se siente “absolutamente” con fuerzas para terminar su mandato y aspirar a otro en una entrevista con la cadena TVE realizada el martes en España en el marco de una gira por Europa.
Ante la insistencia del entrevistador, quien señaló que entendía que Fernández había dicho “más o menos que sí” a la relección, el mandatario afirmó ”definitivamente, definitivamente”.
Las declaraciones del gobernante -en el poder desde fines de 2019- se produjeron en momentos en que su confrontación con la vicepresidenta y ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) ha escalado de tal forma que se ha convertido en un tema excluyente en Argentina.
Fernández de Kirchner, de tendencia más izquierdista que el presidente, cuestiona el rumbo económico del gobierno en un contexto de aguda crisis social.
Tras analizar los dichos del mandatario argentino, Roberto Bacman, director del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), dijo a The Associated Press que desde hace tiempo Fernández es blanco de fuertes críticas de la vicepresidenta y el sector que la tiene como referente y que ahora “empezó a tomar la decisión de dar más pelea".
Fernández consideró “que era el momento de poner clara esta cuestión” sobre sus aspiraciones políticas, agregó Bacman. El dirigente peronista había dado algunas señales de que estaba dispuesto a dar pelea en los próximos comicios cuando en marzo se refirió a su gestión como un primer mandato.
Durante su estancia en España, Fernández no sólo confirmó su aspiración de revalidar el cargo sino que también se mostró abiertamente crítico con su socia en el poder en otra entrevista en la que afirmó que la dirigente tiene una mirada “parcial” y le pidió no obstruir la gestión presidencial.
Según Bacman, a un año y medio de los comicios el mandatario tiene importantes desafíos porque la economía “está muy mal” debido a una inflación imparable que ha licuado los ingresos de los argentinos y, por otro lado, una desgastante interna en el oficialista Frente de Todos que “opaca” su gestión.
“Las posibilidades del mandatario están absolutamente relacionadas con los resultados que pueda conseguir frente a la difícil situación que se vive”, dijo Bacman, quien colaboró en la campaña presidencial de Fernández en 2019.
Por otro lado, la pelea entre los dirigentes peronistas está pasando factura. En una encuesta difundida el martes, 57% de los entrevistados por la consultora D’Alessio IROL/ Berensztein afirmaron que ese enfrentamiento “obstaculiza” la gestión. El estudio fue realizado en abril en internet entre 1.050 encuestados en todo el país.
Bacman también señaló que “todo indica que habrá unas primarias abiertas y obligatorias en el peronismo y es rara una primaria donde el presidente en ejercicio no es apoyado por la coalición de la cual es parte".
Las discrepancias se profundizaron tras el acuerdo alcanzado en marzo con el Fondo Monetario Internacional para renegociar una deuda por 45 mil millones de dólares, muy cuestionado por la vicepresidenta.
La dirigente afirmó el viernes que los votantes del oficialismo están decepcionados con el gobierno y buscó despegarse de la gestión económica.
Argentina sufre una creciente suba de precios, un problema para el cual el gobierno no encuentra solución. En marzo la inflación fue de 6.7%, la más alta en 20 años, y de 55.1% comparada con el mismo mes de 2021.
La pobreza afecta a 37.3% de la población, según datos del segundo semestre de 2021, pero analistas creen que se ha disparado por efecto de la inflación.