El proyecto de una magna exposición retrospectiva del pintor Vladimir Kibálchich Rusakov (1920-2005), conocido como Vlady, programado para septiembre próximo en el Colegio de San Ildefonso, llevó al Centro Vlady, perteneciente a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), a diversificar exhibiciones.
Al asumir, a principios de año, la dirección del recinto, el curador y escritor Fernando Gálvez se encontró con la “idea y propuesta” de la gran muestra del titular anterior, Claudio Albertani, en la que el Centro Vlady participará con casi 300 obras, entre pintura, grabado, dibujo, cuadernos y documentos. Quedaron atrás, por el momento, las exposiciones sobre el artista ruso-mexicano basadas en el acervo que resguarda el centro ubicado en la colonia Insurgentes Mixcoac.
“La gestión anterior hizo un análisis exhaustivo de la biografía de Vlady y sus ligas con la actividad ideológica de su padre –el revolucionario Víctor Serge–. Había, pues, que darle un giro ahora más hacia la parte de lo artístico, sin olvidar lo otro, porque un ser humano es un todo”, expresa Gálvez en entrevista.
En ese sentido, la primera exposición del año, Taller de arte popular de San Lorenzo Tezonco: Obra gráfica, buscó vincularse con la comunidad estudiantil de la UACM, al invitar a alumnos a exhibir. “En la UACM tenemos la carrera de arte y patrimonio, que es para gestores; sin embargo, incluye una materia alternativa: un taller de grabado y arte popular”, señala.
La segunda muestra, Diálogos entre humanidad y natura, abierta el 28 de abril, parte de la frase de Vlady: “En los tiempos en que la pintura valía por su calidad, el pintor transformaba la materia, hacía del color gemas. Lo que en la naturaleza se produce al cabo de 2 millones de años, el diamante, el pintor lo hacía en una sesión, en dos sesiones, o en 40 sesiones. Con el óleo se logró la perfección”.
Se trata de “una provocación poética que busca restablecer la interlocución con la naturaleza y concientizarnos de sus procesos creativos”, apunta Gálvez. La muestra combina pintura sobre roca de Peñalta, con el poema La trama del mármol, de Cristina Guillermo; Bonsai y Suiseki, de Hugo Zamora, y Shodo, de Luis Koga, maestro en caligrafía.
El toque oriental se debe a que “conceptualmente” lo más parecido al trabajo de Peñalta no está en el arte actual, sino en el Suiseki, de los japoneses, una selección de piedras que no intervienen, sólo las colocan sobre una base, explica el entrevistado.
La tercera exhibición, por abrirse a finales de junio, será del pintor alemán Ernest Saemisch (1902-1984), llegado a México en 1963. Alumno de la escuela de arte de la Bauhaus, donde tuvo maestros como Paul Klee y Vasili Kandinsky, “Saemisch se educó en medio de las discusiones estéticas que años después en México tuvieron los artistas relacionados con la generación de La Ruptura. Vlady acudió al funeral de su amigo y aconsejó a la viuda mexicana crear una fundación para proteger su obra”.
Al llegar al Centro Vlady, Gálvez encontró en una caja una invitación de la inauguración de los murales que el pintor realizó en la Biblioteca Lerdo de Tejada, con algo escrito: “Pensé que Vlady había hecho una crónica del momento, pero no, era un texto sobre los cuadros de Saemisch, y me dio para el prólogo del catálogo de la muestra”.
Una cuarta exposición pensada para coincidir con la magna retrospectiva del Colegio de San Ildefonso, en septiembre, tendrá que ver con “Vlady y sus contemporáneos”, es decir, los artistas identificados con la Generación de La Ruptura. Una última muestra del año sería con grabados de Rembrandt, para dar cuenta de “Vlady y sus referentes”.
Diálogos entre humanidad y natura permanecerá hasta el 24 de junio en el Centro Vlady, Goya 63, colonia Insurgentes Mixcoac.