Quito. Al menos 44 presos murieron y 10 resultaron heridos, la mayoría de de gravedad, tras un enfrentamiento ayer entre bandas rivales vinculadas con el narcotráfico en una cárcel de Ecuador, donde en medio de la situación 220 presos aprovecharon para fugarse.
En una actualización al final de la tarde, el ministerio del Interior detalló esas cifras en su cuenta de Twitter, mientras decenas de agentes fueron desplegados en las carreteras de acceso y salida de la ciudad de Santo Domingo de los Tsáchilas, en cuya cárcel estatal se produjo el motín que comenzó en horas de la madrugada.
Un policía resultó herido, confirmaron las autoridades.
El presidente Guillermo Lasso, quien está de gira en Israel, envió su el pésame a los familiares de los fallecidos. “Este es un lamentable resultado de la violencia entre bandas”, añadió en Twitter.
La refriega se desató por la madrugada en la cárcel Bellavista, en Santo Domingo, unos 80 kilómetros al suroeste de Quito, cuando la banda de Los Lobos “agrede y elimina” a unos 40 integrantes de una facción denominada R7, indicó el ministro de Interior, Patricio Carrillo, en rueda de prensa.
Las autoridades sospechan que los choques se originaron por el traslado a Bellavista de un cabecilla del grupo R7, gracias a una medida cautelar.
El líder estaba en una prisión de máxima seguridad en la costera provincia de Guayas (suroeste) tras haber protagonizado otro enfrentamiento entre Los Lobos y R7 en la cárcel de El Turi, en la andina ciudad de Cuenca, que dejó 20 muertos hace un mes, explicó Carrillo.
“No quieren rehabilitarse y lo han demostrado, son los hechos los que los definen. Lo que se vivió en el centro carcelario de la ciudad de Santo Domingo fue una crueldad”, sostuvo el funcionario.
Destacó que a simple vista “se puede evidenciar que los que perdieron la vida fueron ajusticiados con arma blanca” y ofreció la ayuda del gobierno a los familiares para trasladar los cuerpos a sus sitios de origen.
En los videos que circularon en las redes sociales se veía la cárcel, aún a oscuras, y se escuchaban gritos y disparos que provenían de su interior.
Carrillo añadió que se encontraron armas de fuego, granadas y otros materiales en poder de los presos de la cárcel Bellavista.
La policía confirmó que tras la intervención de grupos tácticos y de asalto el centro de reclusión quedó nuevamente bajo el control de las autoridades, en especial el pabellón de máxima seguridad, donde ocurrieron los hechos.
En un patio decenas de reclusos eran obligados a arrodillarse con las manos en la cabeza bajo la mirada de los uniformados, durante una operación para retomar el control del penal, se vio en imágenes difundidas por las autoridades.
De los 220 fugados, 112 fueron recapturados por los uniformados en las afueras de la prisión.
Con este último episodio sangriento, las prisiones ecuatorianas suman casi 400 reclusos muertos brutalmente en seis matanzas desde febrero de 2021, en medio de una ola violenta que el gobierno atribuye al enfrentamiento de grupos vinculados al narcotráfico.
En los últimos años las cárceles de Ecuador se han convertido en escenario de violentos ataques entre reclusos, principalmente debido a disputas entre bandas relacionadas con el narcotráfico y rutas de exportación de droga presuntamente vinculadas con cárteles mexicanos. El último de estos motines, que dejó 20 fallecidos, se registró a inicios de abril.