Maila. Ferdinand Marcos Jr., hijo del dictador homónimo, logró ayer una sorprendente victoria en las elecciones presidenciales de Filipinas, la primera con mayoría absoluta desde 1986, cuando una revolución derrocó a su padre.
Un recuento preliminar de la Comisión Electoral mostró que Marcos, de 64 años y conocido como Bongbong, superó los 27.5 millones de votos necesarios para asegurar la mayoría.
El resultado devuelve al poder a la familia Marcos, 36 años después de su humillante salida al exilio tras ser derrocada en un levantamiento popular en febrero de 1986. Ferdinand Marcos llegó al poder en 1965.
Marcos Jr. obtuvo 29.9 millones de sufragios más del doble de los 12.5 millones boletas que favorecieron a Leni Robredo, la vicepresidenta, con 93.8 por ciento de las papeletas elegibles escrutadas, según el recuento no oficial de la Comisión Electoral.
A pesar de su caída en desgracia, la estirpe Marcos regresó del exilio en la década de 1990, tras la muerte del ex dictador en Hawaii en 1989, y desde entonces ha sido una fuerza poderosa en la política, conservando su influencia con riqueza financiera y conexiones.
Marcos Jr. ha sido gobernador, diputado y senador; su hermana, Imee, es senadora, y su madre, Imelda, la influyente agente del poder y viuda del difunto dictador, estuvo cuatro mandatos en la Cámara de Representantes.
Marcos no ha presentado ninguna plataforma política real, hizo campaña con un mensaje simple pero ambiguo de unidad.
Se espera que su presidencia continúe la línea de la del líder saliente, Rodrigo Duterte, cuyo enfoque de hombre fuerte y despiadado resultó popular y le ayudó a consolidar el poder rápidamente.
Una de las principales ventajas para Marcos fue que consiguió que la hija de Duterte, Sara Duterte-Carpio, sea su compañera de fórmula, con el apoyo del padre de ésta.
Marcos fue criticado por saltarse los debates presidenciales y hacer pocas apariciones en los medios de comunicación durante la campaña, con lo que limitó el escrutinio y pudo controlar su mensaje en una red de influyentes en redes sociales y blogueros.
Los resultados demuestran el enorme éxito de una sofisticada operación en las redes sociales por parte de Marcos, que, según los críticos, ha tratado de desacreditar los relatos históricos sobre el amiguismo, el saqueo y la brutalidad durante el gobierno autoritario de su padre, casi la mitad del cual estuvo bajo la ley marcial.
Los Marcos niegan haber desviado riqueza del Estado, aunque los historiadores califican a ese gobierno como una de las cleptocracias más famosas de Asia.