Nueva York. El ex presidente de Honduras se declaró no culpable el martes de cargos de drogas y armas que se le imputan en un tribunal federal de Manhattan, Estados Unidos, tras su extradición el mes pasado desde el país centroamericano.
Fiscales estadunidenses han acusado a Hernández, un antiguo aliado del país norteamericano, de recibir millones de dólares de narcotraficantes a cambio de protección cuando gobernaba Honduras, entre 2014 y enero de 2022.
El exmandatario utilizó el dinero para enriquecerse y financiar sus campañas políticas, según los fiscales.
Hernández enfrenta tres cargos penales, incluyendo conspiración para importar cocaína y posesión de armas. El político ha negado las acusaciones, presentándose como un feroz opositor a los cárteles de la droga y acusando a los traficantes de difamarlo para vengarse y aligerar sus condenas.
Raymond Colón, abogado de Hernández, afirmó que su cliente es inocente y calificó el caso de "vendetta disfrazada de acusación".
La policía hondureña detuvo al exmandatario tras una solicitud de extradición de Estados Unidos en febrero, un mes después de que dejara el cargo.
Fue enviado a ese país el 21 de abril a bordo de un avión de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés). Posteriormente, un juez de la nación norteamericana ordenó su detención en espera de juicio.
Un hermano menor de Hernández, el exdiputado Tony Hernández, fue condenado a cadena perpetua en 2021 tras ser declarado culpable en Manhattan por cargos federales de tráfico de drogas.