Mientras millones de personas se han empobrecido aún más por la pandemia y las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania (muchas por el efecto búmeran de las sanciones de Estados Unidos y sus perritos falderos de la Unión Europea contra Rusia), para los oligarcas nacionales y las trasnacionales, que todo lo controlan, ambos sucesos han sido enormes minas de oro que han potenciado sus de por sí abultadas ganancias.
La Jornada (Clara Zepeda) informó que un caso concreto, no el único, es el de las petroleras y gaseras: al cierre del primer trimestre, Shell y British Petroleum reportaron extraordinarias utilidades por mayores precios del crudo. La primera casi las triplicó (sumaron 9 mil 130 millones de dólares), mientras la segunda las duplicó hasta llevarlas a 6 mil 200 millones de billetes verdes, que se quedan, íntegramente, en las alforjas de estos consorcios privados.
Pemex también se ha beneficiado del alza drástica de los precios internacionales del crudo, pero la diferencia es que se trata de una empresa pública cuyos ingresos y utilidades son para bien de la nación. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, el precio de la mezcla mexicana de exportación ha aumentado alrededor de 25 por ciento, al pasar de 85.55 a 106 dólares en dos meses y medio. Pero las petroleras no son las únicas acaparadoras. En la supuesta economía global (concentrada en unos cuantos corporativos y en manos de un grupúsculo de oligarcas, siempre con la presencia de los fondos buitre) la pandemia y la guerra han generado exorbitantes ganancias para el grupo compacto que controla el poder económico y, en buena medida, el político. Pero de ello, los mortales no ven ni un centavo, con lo que avanza el de por sí grave problema de la concentración del ingreso y la riqueza. Pobreza y más desigualdad para miles de millones de personas y ganancias de cuento de hadas para unos pocos.
Petroleras, sí, pero al inventario hay que agregar a otras trasnacionales y uno que otro corporativo autóctono que acapara todo lo habido y por haber. Por ejemplo, bancos, farmacéuticas, eléctricas, gaseras, tecnológicas, mineras, productoras y comercializadoras de alimentos y, desde luego, fabricantes de armamento que con la guerra en Ucrania han hecho su agosto. Todas ellas exprimen a la población, no ceden un centavo y ni lejos muestran una mínima solidaridad en estos tiempos aciagos. Gracias a la pandemia, las farmacéuticas registran utilidades históricas, estimadas, en solo dos años, en alrededor de 300 mil millones de dólares. Las marcas internacionalmente reconocidas (por ejemplo Pfizer y AstraZeneca) son la imagen pública de esas trasnacionales, pero en los hechos quienes llevan la batuta son los llamados fondos de inversión como Black Rock, y Vanguard Group, quienes lo único que tienen en mente es aumentar sus caudales.
Según datos de Forbes, “las cinco grandes tecnológicas internacionales (Amazon, Meta, Alphabet, Apple y Microsoft) ganaron, en conjunto, 320 mil millones de dólares sólo en 2021, 55.6 por ciento más que en 2020, favorecidas por el cambio de hábitos provocado por la pandemia y pese a la crisis de semiconductores y problemas de suministros. En 2021, los bancos que operan en México obtuvieron utilidades por 182 mil millones de pesos, un 60 por ciento más que 12 meses atrás. En el par de años de pandemia se embolsaron alrededor de 284 mil millones, de los que más de la mitad quedaron en los bolsillos de las trasnacionales financieras que operan en el país, en especial la española BBVA.
Ese mismo año, dos magnates mexicanos (marca Forbes) de la minería, los ferrocarriles, las finanzas y las telecomunicaciones, entre tantos otros sectores que acaparan, vieron crecer sus respectivas fortunas en 30 y 20 por ciento (Carlos Slim y Germán Larrea), es decir, 18 mil 400 y 4 mil 900 millones de dólares más, en cada caso. Si se toma al conjunto de barones multimillonarios, entonces en 2021 sus fortunas sumaron 161 mil millones de billetes verdes, 56 por ciento más que 12 meses atrás. Y así por el estilo, en México y el mundo, y de esas ganancias extraordinarias y especulativas, los mortales, de aquí y allá, no han visto un solo centavo… ni lo verán, porque así de solidarios son los oligarcas.
Las rebanadas del pastel
¿Qué pasa en la otra esquina? En México, 20 por ciento de los hogares con ingresos más bajos destinan más de la mitad de su ingreso a la compra de comida, más inflación.