Se aproxima la novena Cumbre de las Américas, a ser celebrada en Los Ángeles, del 6 al 10 de junio. Término divisorio, como si hubiera muchas “Américas”, subordinadas a una América primordial que sería Estados Unidos, en vez de una América única. Joe Biden se niega a invitar a Venezuela, Nicaragua y Cuba. Se afianza así el revés trumpista a los avances de la normalización de la relación de Estados Unidos con Cuba durante la administración de Obama. Es organizada por EU y la OEA, de la cual AMLO dijo recientemente que hay que remplazarla por la Celac. El foco central, según el Departamento de Estado de EU, es “construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo para nuestro hemisferio” (https://bit.ly/3KPorL5).
Aprovecho para referirme a la cuestión de la equidad y a un tema que apuesto estará ausente en la cumbre que es el de la tremenda asimetría en el hemisferio basada en el régimen neocolonial de protección de inversiones de capitales trasnacionales. Es un tema casi tabú que significa un yugo para la verdadera democracia y autodeterminación de las naciones. Tampoco se cuestionará el imperialismo corporativista que hace a América Latina y el Caribe (ALC) la región más demandada del mundo en tribunales supranacionales. Este tema es una gran piedra en el zapato en la meta de la 4T de terminar el neoliberalismo. No hay que olvidar que la representante de Comercio de EU, Katherine Tai, recién había amenazado a la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, con que la pretendida reforma eléctrica habría de costarle hasta 10 mil millones de dólares a inversionistas de su país.
De acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés) en su Investment Policy Hub (https://bit.ly/3KTbb8f) países de ALC han recibido 130 demandas tipo “inversionista-Estado”, bajo tratados de libre comercio y de inversiones, por empresas de EU y Canadá. De éstas, 43 han resultado en favor de las empresas (incluyendo arreglos), 34 de los estados y quedan 42 pendientes. En comparación, EU ha recibido tan sólo cuatro demandas de empresas de ALC, no ha perdido ni una, y Canadá ninguna. La mayoría de estas demandas contra ALC provienen de empresas extractivistas que se insertan en nuestros países provocando destrucción ambiental, criminalización, expulsión y migración. Los gobiernos de ALC deben reclamar en la Cumbre a EU y Canadá, como países sedes de estas empresas, cumplir con sus obligaciones extraterritoriales en derechos humanos, y ayudar a frenar tanto despojo y violencia.
Hace poco escribí aquí que Honduras (14/3/22), con el nuevo gobierno democrático de Xiomara Castro, es una esperanza en Mesoamérica, especialmente ante tendencias dictatoriales en países vecinos como Guatemala y El Salvador. Honduras es un laboratorio de un utópico pero posible futuro de un socialismo humanista, pero ¿se podrá hablar de democracia en la Cumbre de las Américas cuando un país como Honduras está siendo amenazado para no cambiar políticas pasadas de narcogobiernos, como el de Juan Orlando Hernández, en colusión con capitales extranjeros? Voy a dar dos ejemplos.
Durante su campaña, Xiomara Castro había prometido abolir el marco de las zonas de empleo y desarrollo económico (ZEDE) o “ciudades modelo” que se han impuesto como estados dentro del Estado hondureño bajo sus propias reglas, que organizaciones sociales hondureñas acusan que se pueden usar para albergar al crimen organizado a escala mundial y ser paraísos fiscales. Son “burbujas en las que se ‘discriminará positivamente’ a una población privilegiada que vivirá dentro de la burbuja, respecto de otra que será excluida y marginada al otro lado de la frontera de la misma”, según Radio Progreso (https://bit.ly/3KO6o81).
El pasado 20 de abril el Congreso de Honduras votó en favor de derogar la Ley Orgánica de las ZEDE e iniciar su desmantelamiento. Según reportes, ya se habían aprobado tres proyectos ZEDE: uno, Prospera ZEDE, en la isla de Roatán. Este proyecto en tierras garífunas generó resistencias locales (https://bit.ly/3MVR5vq). El mismo día, la empresa Honduras Prospera, ( https://prospera.hn/ ) con base en Washington DC y Delaware comunicó que Honduras “violaría sus obligaciones en virtud del derecho internacional y nacional” y, en particular, por disposiciones de inversión del Tratado de Libre Comercio de América Central (DR-Cafta), así como el acuerdo bilateral de inversión (TBI) entre Honduras y EU. Amenaza además “que inversionistas de otros países también disfrutan de poderosos derechos de tratados” (https://bit.ly/3shYIoa).
Hay también indicios de que mineras, como la estadunidense Aura Minerals, han amenazado al gobierno de Honduras, que ya tenía redactados los cambios a la ley minera para prohibir la minería a cielo abierto (https://bit.ly/3kKvNVu) y le han hecho desistir (https://bit.ly/3M4IZRj) y aclarar que los contratos siguen vigentes.
Atinadas palabras del pedagogo guapinol, municipio de Tocoa, Juan López: “Hacer camino en este país que está atrapado entre los colmillos del imperio capitalista es una aventura fuerte, profunda, y delicada. La diplomacia parece flexible, servicial, atenta, comprensiva, pero es el rostro hipócrita del gran capital que muerde y arranca pedazos del cuerpo territorial y no admite compasión”. Esta frase es apropiada para contrastar verborreas de buenas intenciones desde EU hacia el hemisferio con la realidad de los grilletes imperialistas a los que América Latina y el Caribe están sujetos, y que han sido condenados a pagar a compañías extranjeras cantidades exorbitantes al impedir toda ganancia esperada (https://www.tni.org/en/node/23816).