Bogotá. El gobierno reforzó la ofensiva militar contra el Clan del Golfo, el cártel del narcotráfico que mantiene paralizados a decenas de municipios del norte de Colombia mediante amenazas y quema de vehículos, en represalia por la extradición de su líder, Dairo Antonio Úsuga, Otoniel, a Estados Unidos.
Unos 2 mil efectivos del ejército y de la policía se sumaron ayer a las tropas que intentan levantar el “paro armado” que impuso la organización del capo, indicó el ministro de Defensa, Diego Molano.
La ofensiva contra el Clan del Golfo involucra en total a unos 52 mil militares y policías en las zonas de influencia de esta organización que, según estimaciones oficiales, mueve entre 30 y 60 por ciento de la cocaína que se produce en Colombia, el mayor productor mundial de esa droga.
El cártel tomó revancha por la entrega de Otoniel a la justicia estadunidense la semana pasada tras su captura en octubre.
En casi 90 municipios de nueve de los 32 departamentos colombianos ha realizado “acciones violentas” desde el pasado jueves, afectando principalmente el comercio y el transporte con amenazas de muerte y la incineración de 169 vehículos.
Todavía no se conoce un informe consolidado de víctimas civiles o de la fuerza pública.
El Clan del Golfo concentró sus acciones en los departamentos de Antioquia, Córdoba, Chocó, Bolívar y Sucre. “Todos en sus casas”, reza un grafiti que los pistoleros pintaron en una casa de madera de Chocó, según una foto compartida por la Iglesia católica en la zona.
La banda, que según estimaciones independientes llegó a tener casi 4 mil miembros antes de enfrentar la ofensiva militar, anunció en panfletos que extendería el “paro armado” hasta el martes.
En respuesta el gobierno desplegó tropas y organizó caravanas para acompañar transportistas, al tiempo que aumentó las recompensas por información que conduzca a la detención de dos lugartenientes de Otoniel conocidos como Siopas y Chiquito Malo.
Según el ministro Molano, luego de la captura de Otoniel el clan se dividió en dos facciones al mando de esos hombres, por quienes se ofrece 1.2 millones de dólares por cada uno.
El presidente Iván Duque anunció una intensa persecución contra los nuevos jefes del clan.
“Se va a generar una célula de bloque de búsqueda especializado, el más fuerte que haya visto nuestro país, desde lo que fue la lucha contra el cártel de Medellín y el cártel de Cali, para dar de baja o capturar a sus lugartenientes, informó el sábado.
Otoniel, de 50 años, fue enviado el miércoles a Nueva York, donde se declaró inocente ante una jueza de Brooklyn. La próxima audiencia está prevista para el 2 de junio.
Diezmada, su organización contaría con unos mil 600 pistoleros, según el centro de estudios independiente Indepaz.
Tras la detención de Otoniel, el presidente Duque proclamó el fin del que es considerado el mayor cártel del país.