En los dos años recientes, el Gobierno de la Ciudad de México logró que se sustituyeran mil 412 microbuses y 337 taxis con más de 10 años de antigüedad, como parte del programa de mejora del transporte concesionado.
Según datos de la Secretaría de Movilidad (Semovi), a ese fin se destinaron más de 624 millones de pesos del fideicomiso del Fondo de Promoción para el Financiamiento del Transporte Público.
Aunado a ello, por medio de dicho instrumento se erogaron casi 950 millones de pesos en bonos de combustible como apoyo a los concesionarios afectados por la pandemia de covid-19 y para no incrementar las tarifas del servicio, con lo que se benefició a más de 17 mil 500 trabajadores del volante.
La sustitución y retiro de microbuses abarcó rutas de Cuautepec, en la alcaldía Gustavo A. Madero; Legaria, en Miguel Hidalgo; División del Norte, en Benito Juárez; Eje 8, en Iztapalapa, donde los concesionarios participarán en la operación del trolebús elevado, y Xochimilco, que se incorporaron al servicio de la línea 5 del Metrobús, al constituirse en empresas.
Aunado a ello, el año pasado se entregaron bonos para la destrucción de microbuses por 17 millones 300 mil pesos en beneficio de 173 concesionarios, quienes recibieron 100 mil pesos por cada unidad para financiar la compra de un nuevo autobús.
Cada año se destinan mil millones al citado fondo para el mejoramiento del transporte concesionado, recursos que también son utilizados en otras acciones, como la profesionalización de los operadores, rubro al que se destinaron poco más de 31 millones de pesos para la capacitación de 4 mil 282 conductores.