Ciudad de México. La Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros (Untypp) emitió un documento dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, en el que expresa rechazo a la “violación de la libertad de expresión” en la refinería de Tula.
En el escrito, que será entregado a Atención Ciudadana de la Presidencia, Silvia Ramos Luna, secretaria general de ese gremio, expone que la remoción de Felipe Careaga Campos de la gerencia de esa refinería es un “grave atentado a la libertad de expresión” y solicita que sea reinstalado.
Hace unos días se difundió un video de Careaga Campos en donde expresaba a un grupo de trabajadores que era necesario manifestarse para exigir que se subsanaran diversas deficiencias.
Reclaman seguridad y cobertura de plazas
Ramos Luna relató a este medio: “Nos cuestionan por qué lo defendemos si era personal de confianza. No lo estamos defendiendo, lo que decimos es que se está violando la libertad de expresión, y eso es lo grave. No podemos permitirlo porque ahora es él y mañana nosotros; es una lucha en defensa propia, y la segunda razón es porque el ingeniero logró que la refinería se enderezara en muchos sentidos. Ahora es más productiva, más ordenada y más segura. Nos da miedo que regresemos a lo de antes”.
Expuso que hubo irregularidades. “El martes hicieron el citatorio, la investigación y entregaron la rescisión, pero el día anterior lo habían eliminado del sistema”.
Además, la líder sindical refirió que Careaga Campos “manifestó cosas que son ciertas, como que no tenemos cobertura de plazas y que carecemos de materiales para operar con seguridad. Se debe tener derecho a decir las cosas que están mal porque es una empresa pública (de Petróleos Mexicanos). Nuestro jefe es el pueblo”.
Agregó que faltan “17 mil plazas de manuales y mil 560 de ingenieros”, lo que se traduce en sobrecarga de trabajo y extensión de horarios. “Un accidente sale más caro” que no cubrir plazas por ahorro. No puede ser ahorro porque pones en riesgo la vida de compañeros, y eso no tiene precio”, comentó.
Subrayó: “Lo más grave es que no se cubran plazas, lo que provoca que haya departamentos a los que les falta 60 por ciento de personal, y así la productividad baja. Nosotros, como ingenieros, no tenemos cobertura de plazas; entonces, mis compañeros están trabajando 12 horas por 12; 24 por 24 y hasta 32 horas”.