Zaporiyia. Las autoridades ucranias indicaron ayer que todas las mujeres, niños y ancianos fueron evacuados de la acería Azovstal, último reducto de resistencia frente a las fuerzas rusas en la ciudad portuaria de Mariupol, en el sureste de Ucrania.
“Esta parte de la operación humanitaria ha terminado”, anunció la viceprimera ministra ucrania, Iryina Vereshchuk, en un comunicado difundido en redes sociales.
La operación para desalojar a los civiles de la acería fue concluida después de que se rescataron en total durante esta jornada 51 personas, incluidos 11 menores, anunció el coronel general Mijaíl Mízintsev, jefe del Centro para la Gestión de la Defensa ruso.
“Gracias a las medidas sin precedente de la dirección de la Federación de Rusia, con la participación activa de los representantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Comité Internacional de la Cruz Roja, hoy (sábado) se concluyó la operación humanitaria para evacuar a los civiles de la planta siderúrgica Azovstal”, señaló en una sesión informativa.
Mízintsev precisó que “durante el periodo de la operación (que comenzó el 5 de mayo) se logró salvar a 51 personas (18 hombres, 22 mujeres, 11 niños), incluida una persona (rescatada) el 7 de mayo”. Se estima que unos 200 civiles, incluyendo niños, estuvieron atrincherados en el laberinto de túneles y búnkeres debajo del gran complejo metalúrgico, construido durante la época soviética, junto con un grupo de militares pertenecientes al batallón de Azov, los últimos que resisten en la ciudad frente a las fuerzas rusas.
El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, afirmó que su gobierno trabaja en un esfuerzo diplomático para salvar a los soldados en la planta. El estado mayor ucranio afirmó que las tropas enemigas habían seguido adelante con su ofensiva contra la siderúrgica, después de haber concluido con los rescates, pese a la tregua declarada unilateralmente por Moscú desde el jueves.
La ciudad es un estratégico puerto en el mar de Azov y su control es muy importante para Rusia, ya que crearía una conexión terrestre entre las zonas separatistas prorrusas del este y la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.
Controlar Mariupol sería, además, una victoria importante para Moscú, tras diez semanas de invasión de Ucrania.
En tanto, Moscú llevó a cabo los últimos ensayos del tradicional desfile militar del 9 de mayo, en el que se recuerda la victoria sobre la Alemania nazi en 1945. En ese contexto, un misil balístico intercontinental RS-24 Yars atravesó ayer la Plaza Roja, aviones la sobrevolaron dejando estelas con los colores de la bandera mientras marchaban las tropas y pasaban los vehículos artillados. Esta vez, el Día de la Victoria no sólo conmemorará un conflicto que finalizó hace 77 años. Muchos rusos estarán pensando en los miles de soldados en la vecina Ucrania. Las señales de apoyo a los militares se han multiplicado desde el inicio de la ofensiva, el 24 de febrero, con la letra Z que aparece en grandes carteles, la televisión y las redes sociales.
Por otra parte, el gobernador de la región de Donietsk, en el este, Pavlo Kyrylenko, afirmó que se registraron “bombardeos masivos” en la línea del frente.
También se informó del impacto de misiles en el norte de Ucrania, cerca de la ciudad de Járkov, y en la meridional de Mikolaiv, objetivo clave de los rusos. Según el Kremlin, destruyeron tres puentes cerca de Tsyrkuny y Ruski Tyshky, a las afueras de Járkov, para frenar el avance de las fuerzas ucranias.
El ejército ucranio reivindicó en Facebook que había destruido un navío militar ruso cerca de la isla de las Serpientes, en el mar Negro, información no confirmada por Moscú.
Seis misiles cruceros rusos lanzados desde aeronaves impactaron la región de Odesa, donde las autoridades dictaron un toque de queda hasta la mañana del martes.