Se estima que en América Latina y el Caribe un tercio de las personas que sufrieron covid-19 fueron diagnosticadas con un trastorno neurológico o mental. A esto se suma que en 2020 entre 14.7 y 22 por ciento del personal de salud presentó síntomas de depresión, advierte la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Frente a la urgente necesidad de atender un incremento sostenido en la demanda de servicios especializados en la región, el organismo creó la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y Covid-19, que abordará, entre otros temas, la necesidad de atender este renglón en poblaciones vulnerables, la integración en la cobertura de salud universal y su financiamiento.
La comisión elaborará recomendaciones para “reducir el sufrimiento y el impacto generado en la salud mental de la población de las Américas por la pandemia”. Se enfocará en cinco áreas claves, entre ellas la promoción de este aspecto como prioritario.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de mil millones de personas viven con un trastorno mental y 3 millones mueren cada año por consumo nocivo de alcohol, mientras una se suicida cada 40 segundos.
Los efectos de la pandemia de covid-19 en esta área serán devastadores y duraderos, estima la OMS/OPS, por lo que llamó a los estados a invertir más, pues actualmente sólo se le proporciona 2 por ciento de los fondos públicos a la salud en la mayoría de los países miembros.
La OPS informó que la comisión elaborará un informe con recomendaciones claves basadas en evidencias para mejorar la salud mental en las Américas. Se prevé que el reporte finalice el último trimestre de este año, lo que permitirá conocer las prioridades en la agenda.
Destacó que pese a los esfuerzos realizados durante la pandemia, la escasa prioridad que históricamente se ha dado a este aspecto, con financiamiento y recursos humanos insuficientes y poco capacitados, obstaculizó la capacidad de responder de forma adecuada.