Al visitar este viernes la ciudad de Jersón, bajo control de las tropas rusas desde marzo pasado, Andrei Turchak, secretario del Consejo General de Rusia Unida, partido deloficialismo, declaró a la televisión –divulgado después por las agencias noticiosas de dicha nación– que “Rusia llegó a (la región de) Jersón para siempre”, en el sur de Ucrania, aunque reconoció que serán sus habitantes quienes definan su estatus.
“Me dirijo a los habitantes de la región de Jersón y quiero decirles que Rusia llegó aquí para siempre, no debe haber ninguna duda. No habrá retorno al pasado.
Vamos a vivir juntos y a desarrollar esta región, rica por su patrimonio histórico y por la gente que la habita”, sostuvo Turchak, acompañado del gobernante de la autoproclamada república popular de Donietsk, Denis Pushilin, en breve entrevista antes de entrar a la sede de la Administración Regional de Jersón.
Turchak, también vicepresidente del Consejo de la Federación o Senado ruso, añadió que no hay que precipitarse en intentar averiguar el futuro de Jersón, que “en todo caso, corresponde a sus habitantes decidir”.
Con esta precisión, el político ruso dio a entender que el Kremlin habría optado por posponer la celebración de un referendo en Jersón para proclamarse “república popular” independiente, a imagen y semejanza de las que hay en Donietsk y Lugansk, que los observadores consideran un paso previo a la eventual anexión por Rusia de la región del Donbás y el sur de Ucrania hasta llegar a Crimea, intención que desmienten los voceros oficiales del Kremlin.
La posibilidad de un referendo se empezó a mencionar desde el pasado 12 de marzo aunque no se ha convocado por cuanto, al parecer, no cuenta con el respaldo suficiente ni hay condiciones para llevar a cabo la votación.
No se excluye que se haya llegado a esa conclusión después de la reciente visita de Serguei Kiriyenko, jefe adjunto de la Oficina de la Presidencia y encargado de la política interna en Rusia, a Mariupol, donde inauguró el jueves anterior un simbólico monumento a la Victoria, representada por una anciana que ondea la bandera roja del triunfo (soviética, con la hoz y el martillo, en la Gran Guerra Patria, como llaman los rusos a la Segunda Guerra Mundial). Turchak, que acompañó a Kiriyenko al evento de presentación de dicha estatua, tuvo especial cuidado este viernes de no tocar el tema del posible referendo y tampoco lo hizo Vladimir Saldo, el recién designado jefe de la Administración Regional de Jersón.
Sin embargo, éste no dudó en decir: “Ahora formamos parte inalienable de una gran familia: la Federación Rusa, y estamos listos para recibir a todos los (rusos) que quieran venir al sur, aquí a la región de Jersón, en la costa del mar Negro”.
Algunos analistas –las redes sociales en los segmentos ruso y ucranio de Internet son todavía fuente inagotable para el intercambio de opiniones y pronósticos– coinciden en que dependiendo de cómo evolucione la llamada “operación militar especial”, la afirmación categórica que hizo este viernes Turchak podría significar que si el Kremlin no opta por la variante de la anexión del sur de Ucrania, de cualquier manera tendría que celebrarse el referendo en Jersón para formalizar su secesión de Ucrania.