Bogotá. Unos cien vehículos fueron incendiados en carreteras del norte de Colombia en ataques aislados del Clan del Golfo, que anunció “un paro armado” en protesta por la extradición a Estados Unidos de su antiguo líder Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, informó ayer el gobierno, que desplegó tropas para restablecer el orden.
El “paro armado” de cuatro días, que implica restricciones a la libre movilización de vehículos y personas con bloqueos de carreteras, así como el cierre de establecimientos comerciales, comenzó el jueves y afecta principalmente a los departamentos de Antioquia, Bolívar, Córdoba y Sucre, en el norte del país sudamericano de 50 millones de habitantes, dijeron autoridades.
Colombia extraditó el miércoles a Estados Unidos al acusado narcotraficante y máximo líder del Clan del Golfo, también conocido por su alias de Otoniel, la entrega más importante en la historia reciente del país que puso fin a una disputa judicial de meses, después de su captura en octubre pasado.
Úsuga se declaró el jueves no culpable de cargos de narcotráfico en Estados Unidos cuando compareció ante un fiscal federal en Nueva York, mientras se ordenó su detención y se le negó libertad bajo fianza a la espera de un juicio.
“Estamos aquí para garantizar la seguridad de los colombianos y enfrentar a todos aquellos que quieren, con un propósito criminal, afectar la tranquilidad en estas zonas prósperas del país”, dijo el ministro de Defensa, Diego Molano, al término de un consejo de seguridad en la ciudad de Montería, la capital del departamento de Córdoba.
Molano anunció un incremento de los patrullajes en las ciudades, municipios y carreteras para restablecer el orden, el tráfico y el comercio, además de un incremento de las recompensas por los líderes del Clan del Golfo y la creación de una unidad especial de las fuerzas armadas, denominada Bloque de Búsqueda, para capturarlos.
El ministro de Defensa reveló que después de la captura y extradición de Otoniel, Wilver Giraldo, alias Sipoas, y Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, asumieron el liderazgo del Clan del Golfo y se elevaron las recompensas por información que permita la ubicación y captura de cada uno de ellos a 1.2 millones de dólares.