De lograr el gobierno federal un acuerdo para reducir los precios de 24 artículos del hogar de la canasta básica en un 20 por ciento este año, el impacto en la inflación general anual podría ser cercano a 2 puntos porcentuales, estimó JP Morgan.
“Si se aplica el ‘plan antinflacionario’, es probable que no se logre un efecto completo, ya que, además de los complejos detalles logísticos que requiere su aplicación, los efectos de arrastre ya están muy extendidos (inflación ya muy generalizada), y van más allá de la canasta básica”, aseveró Gabriel Lozano, economista en jefe para México y Centroamérica en JP Morgan.
Explicó que los precios se reducirán entre 5 y 10 por ciento en el mejor de los casos, lo que llevaría la inflación a fin de año a niveles consistentes con encuestas recientes (6.67 a más de 7.0 por ciento).
“Un plan para apaciguar la inflación sostenida y generalizada debe ir más allá de una estrategia de control de precios, y es prioritario llegar a un acuerdo con el sector privado para evitar que la producción, el empleo y los precios se disparen en la economía informal”, agregó Lozano.
En el estudio ¿Pacto de precios o control de precios?, elaborado por el especialista de JP Morgan, detalló que la dificultad de hacer cumplir la política en todo el país sería un obstáculo importante que podría limitar el éxito de la política y su rápida aplicación.
Además, el hecho de que las empresas (sobre todo las pequeñas y medianas con poco o ningún poder de mercado) fijen los precios podría ejercer más presión sobre sus márgenes, después de dos años de escaso apoyo gubernamental durante la pandemia, comentó Lozano.
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que el plan no establecería controles de precios directos, en contraste con la política aplicada sobre los precios del gas licuado el año pasado, el analista de JP Morgan espera ver si el plan no es una política de control de precios “disfrazada”.
Ya que una política de este tipo afectaría negativamente al mercado en términos de producción y podría crear un mercado en la sombra para satisfacer la demanda existente.
Aun así, la semana que viene, JP Morgan espera que el Banco de México revise al alza su previsión para 2022 entre 6.0 y 6.5 por ciento, pero el plan que se anunciará este miércoles podría modificarlo.
El economista consideró que los salarios mínimos también deben aumentar a un ritmo más lento que los ajustes de 20 por ciento de los últimos años, pero reconoce la importancia de aumentar este indicador.
Sin embargo, la aplicación de una política de precios en el contexto de las consideraciones de economía política podría dar lugar a una estrategia subóptima.