El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la presentación de algunas propuestas de los partidos de oposición para la reforma electoral, porque la difusión de la iniciativa gubernamental, dijo, pretende desatar el debate para alcanzar la designación de consejeros y magistrados “imparciales y de inobjetable honestidad”, entre otras cosas, así como ahorrar poco más de 20 mil millones de pesos en la organización de comicios.
Se trata de que sean los votos los que definan quiénes serán autoridad, y no sean impuestos por el dinero, el fraude y campañas de publicidad y mediáticas, subrayó. Sin embargo, no dejó de fustigar actitudes de algunos actores de la oposición, como sucedió en la reforma eléctrica o la nacionalización del litio: “porque los aprietan: ‘vamos en contra, todo en contra’, como estrategia, y están Claudio X. González y los representantes de los grupos de poder económico”.
En la conferencia matutina, refirió que existen cuestionamientos a su iniciativa que tergiversan el contenido, como la desaparición del Instituto Nacional Electoral (INE) que, en su consideración, eso es falso, pues se integrará con un consejo igual, sólo que no serán 11 integrantes, sino siete, y en vez de ser impuestos por los acuerdos cupulares de los partidos, serán elegidos “por el pueblo, que es el soberano, pero no desaparece. Tampoco el Tribunal Electoral”.
El mandatario puntualizó algunos de los puntos nodales de su iniciativa, ponderando las ventajas que a su juicio tiene la propuesta, como la reducción de 500 a 300 diputados federales y un proceso similar en los congresos locales. Paralelamente, destacó la necesaria disminución de los regidores en los ayuntamientos, porque en muchos casos hay hasta 15.
Con ello, expuso, “el presupuesto del municipio, que de por sí es escaso, se queda en el mismo gobierno local, no llega nada a la gente; pueden estar las calles llenas de baches, porque 95 por ciento del presupuesto se destina al llamado gasto corriente”.