Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Francia, Emmanuel Macron, hablaron ayer por teléfono durante dos horas acerca de la guerra en Ucrania, reanudando la práctica de sus conversaciones suspendida desde el 29 de marzo anterior, pero a juzgar por la información proporcionada por los servicios de prensa del Kremlin y El Elíseo podría pensarse que se trata de pláticas diferentes: así de encontradas están las posiciones.
Teniendo enfrente los dos comunicados oficiales, y excluyendo las partes que ninguno hizo públicas, este podría ser el resumen de su diálogo, el primero desde que Macron logró la relección en Francia:
Putin, según el Kremlin, exhortó a Occidente a dejar de suministrar armas a Ucrania y se quejó de que los países de la Unión Europea (UE) cierran los ojos ante “los crímenes de guerra que cometen los militares ucranios, los bombardeos masivos de ciudades y localidades del Donbás que causan muertos entre la población civil”.
Macron, de acuerdo con El Elíseo, exigió que Rusia cese de inmediato “la guerra agresiva y cumpla sus obligaciones como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), advirtiendo que no hacerlo tendrá más consecuencias graves” para Moscú.
El mandatario ruso insistió en que Occidente “puede contribuir a detener estos crímenes (de los ucranios) y debe presionar a las autoridades de Ucrania y no mandarle más armamento”.
El presidente francés, de su lado, expresó su “profunda preocupación por la situación en Mariupol y el Donbás, y pidió a Rusia que permita continuar las evacuaciones de la planta metalúrgica de Azovstal iniciadas en los últimos días, en coordinación con la ONU y la Cruz Roja, dejando que los civiles decidan a dónde quieren ir: a Rusia o al territorio bajo control de Ucrania”.
Macron también reiteró la disposición de Francia a contribuir a crear condiciones para lograr una solución negociada que haga posible la paz y “garantizar el pleno respeto a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”.
Putin añadió que Rusia “está abierta al diálogo”, pero el gobierno de Ucrania, en su opinión, “no está preparado para un trabajo serio”. Asimismo, atribuyó a las sanciones económicas de Occidente otra preocupación manifestada por Macron en el sentido de que el bloqueo ruso de las exportaciones agropecuarias ucranias desde el Mar Negro puede afectar gravemente la seguridad alimentaria mundial.
Poco antes de que el Kremlin y El Elíseo distribuyeran sus versiones de la llamada telefónica de los presidentes, las agencias noticiosas empezaron a informar que el ejército ruso reanudó el asalto de la planta de Azovstal, donde todavía hay no pocos civiles.