Kiev. Las tropas rusas bombardearon ayer la planta siderúrgica de Azovstal en la ciudad portuaria de Mariupol, en el sur de Ucrania, lo que confirmó reportes anteriores de ataques en el complejo, donde según el alcalde de la ciudad, Vadim Boichenko, hay unos 200 civiles atrapados.
Sviatoslav Palamar, del Batallón de Azov, confirmó al diario Pravda que las tropas rusas comenzaron el asalto después de que aviones rusos bombardearon el sitio durante la noche, información compartida también por el jefe policial Mijailo Vershinin, publicó la agencia de noticias Ukrinform.
“Estamos defendiéndonos”, aseguró Vershinin, ante las informaciones confusas sobre lo que estaría ocurriendo en torno a unas instalaciones con una amplia red de túneles subterráneos y que sirve desde hace semanas de refugio improvisado para civiles.
El alcalde de Mariupol, Vadim Boichenko, confirmó que aún hay 200 civiles en la planta metalúrgica. Las autoridades ucranias han acusado a Rusia de impedir su traslado, a pesar de la apertura de un corredor humanitario.
En todo Mariupol permanecen unas 100 mil personas, sin apenas servicios básicos por el asedio de las fuerzas rusas.
Según la agencia de noticias RIA, el ministerio ruso de Defensa aseguró que sus fuerzas comenzaron a destruir las posiciones de tiro ucranias establecidas después de que los defensores “aprovecharon” un alto el fuego negociado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) que había permitido que varios grupos de civiles escaparan de la planta en los dos días previos.
Intento de incursión
Un oficial de policía de Mariupol comentó a la emisora pública Suspine que las fuerzas rusas comenzaron a tratar de apoderarse de la planta, el último reducto de Mariupol que aún está en manos de fuerzas ucranias.
En tanto,la ONU anunció este martes la evacuación “exitosa” de 101 civiles de Azovstal, indicó la coordinadora humanitaria del organismo mundial para Ucrania, Osnat Lubrani, citada en un comunicado del organismo.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, expresó su deseo de que se puedan organizar “más treguas humanitarias” entre Kiev y Moscú, siguiendo el modelo de la que permitió el desalojo de un centenar de civiles de la acería de Azovstal, en el este ucranio.
“Espero que la coordinación continua con Kiev y Moscú conduzca a más treguas humanitarias que permitan a los civiles alejarse con seguridad de los combates y ayudar a llegar a las personas donde más necesitan”, sostuvo.