Doha. Obras aún realizándose y varias cuestiones por ser resueltas sobre los precios y las condiciones de los visitantes es parte del paisaje en Qatar a 200 días del silbatazo inicial del primer Mundial de futbol en un país árabe. Los ocho estadios están ya preparados. Pero por toda Doha, en cambio, un ejército de trabajadores migrantes se afanan en concluir numerosas obras. La FIFA se muestra “convencida de que los aficionados encontrarán condiciones óptimas”, pero varios no comparten esa opinión. El precio de las entradas del alojamiento, de los vuelos, así como la cultura conservadora del país y la casi nula venta de alcohol, figuran entre las principales preocupaciones. “Lo complicado es conseguir información de parte del comité de organización. Hay mucha confusión”, señala Fabien Bonnel, portavoz del grupo de aficionados franceses Irrésistibles Français.